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3 de febrero

 

Marcos 6,30-34

En este pasaje, vemos a Jesús y sus discípulos regresando después de su misión de enseñar y sanar. Estaban cansados y necesitaban descansar un poco. Sin embargo, la multitud los siguió y no les dio tiempo para descansar ni siquiera para comer.

Jesús, al ver la multitud, tuvo compasión de ellos. No los rechazó ni los ignoró, sino que los acogió y les enseñó muchas cosas. A pesar de su propio cansancio, Jesús mostró su amor y preocupación por ellos.

Esta historia nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra el corazón compasivo de Jesús. Aunque estaba agotado física y emocionalmente, no se dejó consumir por sus necesidades personales, sino que se centró en las necesidades de los demás. Su amor incondicional hacia la gente lo llevó a poner sus propias necesidades en segundo plano.

También nos enseña la importancia de dar espacio y tiempo a los demás. Jesús y los discípulos necesitaban descansar y recuperarse, pero cuando vieron a la multitud, no se retiraron egoístamente. En cambio, estaban dispuestos a compartir su tiempo y energía con aquellos que los necesitaban. Nos reta a evaluar cómo respondemos cuando otros requieren de nuestro tiempo o atención.

Asimismo, nos muestra la importancia de la enseñanza y el cuidado pastoral. Jesús no solo se ocupó de las necesidades físicas de la multitud, sino que también les enseñó muchas cosas. Su preocupación era integral, abarcando tanto el bienestar espiritual como el físico.

Finalmente, esta historia nos invita a reflexionar sobre nuestra propia actitud hacia los demás. ¿Tenemos un corazón compasivo y dispuesto a servir a los demás, incluso cuando estamos cansados o nuestras propias necesidades son apremiantes? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro tiempo y energía por el bienestar de los demás? Que esta historia nos inspire y nos motive a seguir el ejemplo de Jesús, amando y sirviendo a los demás con un corazón generoso y compasivo.

 

2 de febrero

 

Lucas 2,22-40

En este pasaje, vemos a María y José llevando a Jesús al Templo para cumplir con la ley de Moisés. Según la tradición judía, los padres debían presentar a su hijo primogénito al Señor y ofrecer un sacrificio por él.

Cuando llegaron al Templo, se encontraron con Simeón, un hombre justo y piadoso que había recibido una revelación del Espíritu Santo, diciéndole que no moriría hasta haber visto al Mesías. Simeón, lleno de alegría, tomó al niño Jesús en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación".

También estaba en el Templo una profetisa llamada Ana, quien había vivido allí durante muchos años y adoraba a Dios con ayunos y oraciones. Ella reconoció a Jesús y comenzó a dar gracias a Dios y a hablar sobre él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Este pasaje nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra la obediencia de María y José a la ley de Dios. A pesar de que ya sabían que Jesús era el Hijo de Dios, cumplieron con las regulaciones religiosas establecidas, demostrando su fidelidad y respeto por la tradición.

También nos muestra la fe y la devoción de Simeón y Ana. A través del Espíritu Santo, ellos reconocieron a Jesús como el Mesías prometido, y su encuentro con él fue motivo de gran alegría y gratitud. Ellos fueron testigos privilegiados de la venida del Salvador y compartieron esa buena noticia con todos los que anhelaban la redención.

Esta historia nos invita a reflexionar sobre nuestra propia respuesta al Salvador. Al igual que Simeón y Ana, debemos estar atentos a la obra de Dios en nuestras vidas y reconocer la presencia de Jesús en medio de nosotros. También debemos tener un corazón lleno de gratitud y alabanza por su salvación y compartir ese mensaje de esperanza con los demás.

Que este pasaje nos inspire a vivir con obediencia, fe y devoción, reconociendo a Jesús como nuestro Salvador y compartiendo su amor y gracia con aquellos que nos rodean. Que podamos ser testigos fieles de su redención y vivir en paz, confiando en la promesa de su salvación.

1 de febrero

 

Marcos 6,7-13

En este pasaje, Jesús llama a sus doce discípulos y los envía en misión, dándoles autoridad para expulsar a los espíritus inmundos y para sanar a los enfermos. Les instruye para que vayan de dos en dos, llevando consigo solo un bastón y sin llevar dinero, ni comida, ni ropa extra.

La misión de los discípulos era anunciar la llegada del Reino de Dios y llamar al arrepentimiento. Jesús les enseña a confiar en la providencia divina, a depender completamente de Dios para sus necesidades diarias. Les dice: "Dondequiera que entren en una casa, quédense allí hasta que se vayan de ese lugar".

Los discípulos salieron y predicaron el arrepentimiento, expulsaron demonios y sanaron a muchos enfermos. Cumplieron su misión con éxito y regresaron a Jesús, contándole todo lo que habían hecho.

Esta historia nos invita a reflexionar sobre nuestra propia misión como discípulos de Jesús. Al igual que los doce apóstoles, hemos sido llamados y enviados por Jesús a proclamar el Evangelio y a ser testigos de su amor y poder transformador. También debemos aprender a confiar en la providencia divina, a depender de Dios para nuestras necesidades y a estar dispuestos a hacer sacrificios en el camino.

Además, este pasaje nos enseña la importancia de trabajar en equipo y de permanecer en comunión con otros creyentes. Los discípulos fueron enviados de dos en dos, para apoyarse mutuamente y compartir la labor del ministerio. Esto nos recuerda que no estamos solos en nuestra misión, sino que somos parte de una comunidad de fe que nos fortalece y nos ayuda a llevar a cabo el trabajo de Dios.

Que este pasaje nos inspire a vivir nuestras vidas como verdaderos discípulos de Jesús, llevando su mensaje de amor y salvación a todas las personas que encontramos. Que aprendamos a confiar en la providencia divina, a trabajar en equipo y a ser fieles en nuestra misión, sabiendo que Dios está con nosotros en cada paso del camino.

31 de enero

 

Marcos 6,1-6

En este pasaje, Jesús regresa a su tierra natal, acompañado de sus discípulos. El día de reposo, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Los que lo escuchaban se preguntaban asombrados: "¿De dónde ha sacado este hombre todo esto? ¿Qué sabiduría es esta que le ha sido dada y cómo se realizan por su mano estos milagros? ¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y sus hermanas no están aquí con nosotros?".

A pesar de las enseñanzas y los milagros que Jesús había realizado, muchos de los habitantes de su propia ciudad no podían aceptar que Él fuera alguien especial. Lo veían simplemente como el hijo de un carpintero, sin reconocer la autoridad y la sabiduría divina que emanaban de Él.

Jesús, consciente de su rechazo, les dijo: "No hay profeta sin honra sino en su tierra, entre sus parientes y en su casa". Y debido a la incredulidad y falta de fe de aquellos que lo conocían desde su niñez, Jesús no pudo realizar muchos milagros allí.

Esta historia nos invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer y aceptar la autoridad de Jesús en nuestras vidas. A veces, podemos ser testigos de los milagros y enseñanzas de Jesús, pero debido a nuestra falta de fe o prejuicios, no los aceptamos plenamente. Es fundamental abrir nuestros corazones y mentes para acoger la sabiduría y la gracia divina que Jesús nos ofrece.

Y hoy al celebrar a San Juan Bosco, recordamos su gran amor y dedicación hacia los jóvenes, y su confianza en la enseñanza y el ejemplo de Jesús como camino de salvación y transformación. Que la figura de San Juan Bosco nos inspire a ser testimonios vivos del amor de Cristo en nuestras vidas y a acoger plenamente su sabiduría, reconociendo su autoridad y dejándonos guiar por su Palabra.

 

30 de enero

 

Marcos 5,21-43

En este pasaje del Evangelio según Marcos, se nos presenta la historia de dos milagros que Jesús realiza: la sanación de la mujer con flujo de sangre y la resurrección de la hija de Jairo.

Comienza con Jairo, un líder de la sinagoga, quien se acerca a Jesús desesperado porque su hija está gravemente enferma. En su profunda fe, Jairo busca la ayuda de Jesús, confiando en que Él puede sanar a su hija. Mientras Jesús se dirige a la casa de Jairo, una mujer que había padecido flujo de sangre durante doce años se acerca a Él y, con gran fe, toca el borde de su manto. Al instante, ella es sanada.

A pesar del apuro por llegar a la casa de Jairo, Jesús se detiene para buscar a la mujer que fue sanada. Él desea no solo brindarle la curación física, sino también el reconocimiento y la paz interior que tanto necesita. Frente a toda la multitud, Jesús le dice a la mujer que su fe la ha salvado.

Mientras Jesús aún habla, llegan mensajeros de la casa de Jairo para informarle que su hija ha fallecido. Aunque todos consideran que ya no hay esperanza, Jesús les dice a Jairo y a su esposa que no teman, sino que crean. Jesús entra a la casa y, tomando a la niña de la mano, la resucita. La incredulidad se transforma en asombro y alegría.

Esta historia nos revela el poder sanador y restaurador de Jesús. Tanto la mujer con flujo de sangre como la hija de Jairo experimentan su poder a través de su fe. La mujer es sanada cuando toca el borde del manto de Jesús, mientras que la hija de Jairo es resucitada por su intervención directa.

Estos milagros nos enseñan que, aunque en ocasiones parezca que no hay esperanza, Jesús tiene el poder de transformar nuestras situaciones más difíciles. Su amor y compasión no conocen límites y Él está dispuesto a sanarnos y restaurarnos tanto física como espiritualmente.

Además, esta historia destaca la importancia de la fe y la confianza en Jesús. Tanto Jairo como la mujer con flujo de sangre pusieron toda su confianza en Él y fueron recompensados con la sanación y la vida.

Que esta historia nos anime a acercarnos a Jesús con fe y confianza, sabiendo que Él tiene el poder de sanar y restaurar nuestras vidas. Pidámosle que aumente nuestra fe y nos ayude a confiar en su gracia y poder en todo momento y circunstancia.

 

29 de enero

 

Marcos 5,1-20

En este pasaje vemos que Jesús llega a la región de los gerasenos y se encuentra con un hombre poseído por un espíritu impuro. Este hombre vivía en los sepulcros, aislado de la sociedad y atormentado por su condición. Ni las cadenas ni las ataduras podían contenerlo.

Cuando Jesús se acerca, el demonio reconoce su poder y le suplica que no lo atormente. Jesús, en su infinita compasión, expulsa al espíritu impuro y libera al hombre de su opresión. El hombre, ahora restaurado, desea seguir a Jesús, pero él le pide que vuelva a su hogar y comparta lo ocurrido.

Esta historia nos muestra el poder de Jesús para liberar a las personas de la opresión espiritual y emocional. En nuestras vidas, también podemos enfrentar situaciones difíciles, sentirnos atados por miedos, adicciones o heridas del pasado. Sin embargo, Jesús nos ofrece su gracia y su poder transformador para liberarnos y sanarnos.

También es relevante destacar que el hombre liberado desea seguir a Jesús, pero Jesús le pide que vuelva a su hogar y comparta su experiencia. Esto nos enseña que todos hemos sido llamados a ser testigos de la misericordia y el amor de Dios en nuestras vidas. No solo debemos recibir la liberación y la sanación para nosotros mismos, sino compartirla con los demás, inspirándolos a buscar a Jesús.

Hoy, además de reflexionar sobre este pasaje bíblico, celebramos a San José Freinademetz, un misionero austriaco que dedicó su vida al servicio de los más necesitados en China. Su testimonio nos inspira a ser discípulos valientes y generosos, dispuestos a llevar la luz de Cristo a aquellos que más lo necesitan.

Que en este día podamos recordar la importancia de confiar en el poder sanador de Jesús y estar dispuestos a compartir esa liberación con los demás, siguiendo el ejemplo de San José Freinademetz. Que su intercesión nos anime a ser instrumentos de amor y esperanza en el mundo.

27 de enero

 

Marcos 4,35-41

El pasaje de marcos relata el momento en que Jesús calma la tormenta mientras está con sus discípulos en una barca en el mar. A pesar de la tormenta y el miedo de los discípulos, Jesús demuestra su poder sobre la naturaleza y les enseña sobre la importancia de tener fe en medio de las dificultades.

Basándonos en este texto, la reflexión destaca la actitud de los discípulos, quienes dudaron y tuvieron miedo durante la tormenta a pesar de tener a Jesús presente con ellos en la barca. La reflexión señala que la fe sólida llegará con la Pascua, haciendo referencia al fortalecimiento de la fe que experimentaron los discípulos tras la resurrección de Jesús.

Además, la reflexión destaca que Jesús no elimina las dificultades de la vida, pero nos da la fuerza y la capacidad para superarlas. También establece un paralelismo entre la barca que zozobra en la tormenta y la Iglesia, que enfrenta tensiones y desafíos en su camino. La reflexión hace un llamado a buscar la presencia continua de Dios para poder avanzar en el camino que Él nos traza, y para ser signos y luces en el mundo actual.

Hoy este pasaje nos desafía a reflexionar sobre la importancia de la fe en medio de las dificultades, nos recuerda que Jesús nos da la fuerza para superar los desafíos, y nos invita a buscar la presencia de Dios para poder avanzar en nuestro camino y ser testigos del amor y la esperanza en el mundo.

 

26 de enero

 

Marcos 4,26-34

 

Este evangelio nos  presenta dos parábolas que Jesús utiliza para enseñar lecciones espirituales utilizando ejemplos de la vida rural. En la primera parábola, Jesús compara el Reino de Dios con una semilla que, una vez sembrada, crece y da fruto por sí sola. En la segunda parábola, Jesús compara el Reino de Dios con un grano de mostaza, que aunque es la más pequeña de las semillas, crece y se convierte en un gran arbusto.

Basándonos en este texto, la reflexión invita a considerar las lecciones espirituales que podemos extraer de la vida rural y las parábolas de Jesús. La semilla que germina y crece por sí sola nos recuerda el misterio de la vida y la capacidad de la vida para generar más vida. Además, la imagen del grano de mostaza nos enseña que incluso las cosas pequeñas y aparentemente insignificantes pueden crecer y tener un gran impacto.

La reflexión también señala la tristeza de la persecución y la violencia dirigida contra aquellos que defienden la vida, haciendo una conexión con la experiencia de Jesús, quien fue perseguido y crucificado por aquellos que se opusieron a su mensaje de amor y vida abundante.

Finalmente, la reflexión nos invita a pedir a Dios que nos abra los ojos para comprender el gran misterio de la vida, y a comprometernos a aportar nuestro "granito de mostaza" para promover la vida, el amor y la esperanza en el mundo.

Hoy este evangelio nos desafía a reflexionar sobre el misterio de la vida y la capacidad de crecimiento y transformación que posee, nos llama a lamentar la persecución de los defensores de la vida, y nos anima a aportar nuestra contribución, por pequeña que sea, para promover la vida y el amor en el mundo.

25 de enero

 

Marcos 16,15-18

Este  pasaje de Marcos  presenta las palabras de Jesús a sus discípulos, en las que los comisiona a llevar el evangelio a todo el mundo y promete que los creyentes estarán protegidos de varios peligros y serán capaces de realizar milagros en su nombre.

Basándonos en este texto, la reflexión destaca la vida de San Pablo como un ejemplo vivo de lo que se presenta en el evangelio. San Pablo experimentó una conversión radical, se convirtió en un creyente apasionado, se convirtió en un discípulo dedicado y se entregó a la misión de llevar el evangelio a lugares lejanos, a pesar de las dificultades y los peligros que enfrentó en el camino.

La reflexión nos desafía a reflexionar sobre nuestras propias vidas y la forma en que respondemos al llamado de Jesús a ser testigos y misioneros de su amor y su verdad en el mundo. Nos invita a considerar las veces que nos sentimos perdidos o desviados de nuestro camino, a pesar de saber que Jesús es nuestra brújula y guía segura.

Además, la reflexión reconoce la importancia de la fe, la valentía y la determinación de San Pablo, y nos anima a buscar esa misma fortaleza y confianza en Dios para superar las dificultades y desafíos que enfrentamos en nuestra propia vida y misión.

Este evangelio de hoy nos desafía a reflexionar sobre nuestro compromiso con la misión de llevar el evangelio al mundo, a seguir el ejemplo de valentía y determinación de San Pablo, y a buscar en Jesús nuestra brújula y guía segura en medio de las dificultades y desafíos que enfrentamos.

 

24 de enero

 

Marcos 4,1-20

El pasaje de Marcos 4,1-20 presenta la conocida parábola del sembrador, en la que Jesús compara la difusión de la palabra de Dios con la siembra de semillas en diferentes tipos de suelo. Algunas semillas caen en terreno duro, otras en terreno pedregoso, otras entre espinos y otras en tierra fértil, y cada tipo de suelo representa la disposición de las personas para recibir y vivir la Palabra de Dios.

Basándonos en este texto, la reflexión invita a considerar cómo nos preparamos para recibir la Palabra de Dios en nuestras vidas. Así como el labrador prepara el suelo para la siembra, nosotros también debemos preparar nuestros corazones para recibir la semilla de la Palabra de Dios de manera fructífera.

La reflexión nos desafía a examinar nuestras actitudes y disposiciones internas, buscando ablandar cualquier dureza, remover las superficialidades y limpiar de malas influencias nuestros corazones, para que así podamos ser receptivos a la Palabra de Dios y dar frutos de fe, amor y buenas obras.

Además, la reflexión reconoce que esta tarea de preparar nuestros corazones para recibir la Palabra de Dios no es algo que podamos hacer únicamente con nuestras propias fuerzas, sino que necesitamos contar con la gracia y el poder de Dios para lograrlo.

Este texto evangélico nos invita a reflexionar sobre la disposición de nuestros corazones para recibir la Palabra de Dios, y nos desafía a prepararnos de manera activa, buscando eliminar obstáculos y acondicionar nuestros corazones para ser receptivos a la obra transformadora de Dios en nuestras vidas.

23 de enero

 

Marcos 3,31-35

El pasaje de Marcos 3,31-35 nos presenta un momento en el que Jesús amplía la noción de familia y comunidad, al responder a la noticia de que su madre y sus hermanos están afuera buscándolo. Jesús responde que su verdadera familia son aquellos que hacen la voluntad de Dios.

Basándonos en este texto, la reflexión invita a considerar la nueva forma de ser familia y comunidad que Jesús propone. En lugar de limitar la idea de familia a los lazos de sangre, Jesús amplía el concepto incluyendo a todos aquellos que buscan cumplir la voluntad de Dios, formando así una gran familia espiritual.

La reflexión nos desafía a considerar cómo podemos vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, buscando el bienestar de los demás y trabajando por un mundo mejor. Nos anima a ver a todos los seres humanos como parte de una gran familia de Dios, sin importar su origen o circunstancias, y a trabajar juntos para cumplir la voluntad de Dios, que implica buscar el bienestar y la plenitud de vida para todos.

Este texto nos invita a ampliar nuestra comprensión de la familia y la comunidad, reconociendo que todos aquellos que buscan cumplir la voluntad de Dios forman parte de la familia espiritual de Dios. Nos desafía a trabajar juntos para conformar una familia que busca el bienestar de todos, sin divisiones ni exclusiones, siguiendo el ejemplo de Jesús.

 

22 de enero

 

Marcos 3,22-30

Este pasaje en Marcos es un momento en el que Jesús responde a las acusaciones de los escribas, quienes lo acusan de expulsar demonios por el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios. Jesús responde argumentando que si Satanás está en guerra consigo mismo, su reino no puede subsistir. Además, Jesús les advierte sobre el pecado imperdonable contra el Espíritu Santo.

Basándonos en este pasaje, la reflexión que mencionas destaca la resistencia que Jesús enfrentó tanto de parte de su propia familia como de los líderes religiosos de su tiempo. A pesar de las acusaciones y la resistencia, Jesús continuó con su obra de expulsar demonios y liberar a las personas del sufrimiento

Esta reflexión nos invita a considerar cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús y trabajar contra el mal en todas sus manifestaciones en nuestra propia vida. Esto incluye no solo la lucha contra el mal en el sentido espiritual, sino también en la manera en que tratamos a los demás, en nuestro compromiso con la justicia y la compasión, y en la forma en que buscamos promover el bienestar de quienes nos rodean.

En adición este evangelio nos desafía a seguir el ejemplo de Jesús al trabajar contra el mal en todas sus formas, manteniendo un compromiso firme con la compasión, la justicia y el bienestar de los demás.

20 de enero

 

Marcos 3,20-21

Este pasaje nos muestra una parte de la experiencia de Jesús en la tierra, donde enfrentó diferentes situaciones difíciles y malentendidos por parte de aquellos que lo rodeaban, incluso de su propia familia.

En este texto, vemos cómo Jesús tenía personas que lo seguían por interés, como aquellos que buscaban obtener algo de él, tal vez buscando milagros o beneficios personales. También había quienes lo veían con hostilidad y deseaban acabar con él. Incluso sus propios familiares no entendían su misión y pensaban que estaba fuera de sus cabales.

Esta experiencia debió ser muy fuerte para Jesús, ya que se encontraba rodeado de desconfianza, rechazo y malentendidos. Se sintió solo y alejado, enfrentando la sensación de ser considerado un bicho raro o alguien perturbado. Sin embargo, a pesar de todo esto, Jesús siguió adelante con su misión y continuó creyendo en su propósito divino.

En nuestra vida también podemos enfrentar situaciones similares, donde podemos sentirnos incomprendidos o rechazados por seguir las enseñanzas de Jesús. El mundo puede ser hostil y apático hacia nuestra fe y estilo de vida cristiana. Podemos ser vistos como molestos o bichos raros por ir en contra de la corriente de la sociedad.

En momentos como estos, es importante recordar la fortaleza de Jesús y pedirle que nos la conceda. Necesitamos confiar en él y en su palabra, a pesar de lo que los demás digan o piensen de nosotros. Podemos encontrar consuelo en saber que Jesús también enfrentó dificultades y nos entiende en nuestras propias luchas.

Además, tenemos la comunidad cristiana que nos apoya y nos fortalece en nuestra fe. Podemos buscar el compañerismo y el apoyo de otros creyentes para encontrar aliento y perseverar en medio de un mundo hostil.

Hoy, pidámosle a Dios la fortaleza de Jesús para continuar creyendo y viviendo nuestra fe en medio de un mundo que puede ser adverso. Que su ejemplo nos inspire a seguir adelante, confiando en que estamos cumpliendo con nuestro propósito divino, incluso si eso significa ser vistos como bichos raros por el mundo.

19 de enero

 

Marcos 3,13-19

Este evangelio nos invita a reflexionar sobre el llamado de Jesús a sus apóstoles y cómo podemos aplicar ese llamado en nuestras propias vidas como misioneros de la buena nueva.

En este pasaje, Jesús sube a un monte y llama a aquellos que él desea para ser sus apóstoles. Él les da un nombre, los envía a predicar y les concede el poder de sanar enfermedades y expulsar demonios. Es un momento importante donde Jesús selecciona y equipa a sus seguidores para continuar su misión en la tierra.

Hoy en día, no podemos subir físicamente a un monte para encontrarnos con Jesús, pero podemos buscar su presencia y su llamado en nuestra vida diaria. El monte del bautismo es un lugar simbólico donde también recibimos nuestro nombre y somos llamados a ser misioneros de la buena nueva. Somos invitados a salir y compartir el amor y la verdad de Cristo con los demás.

Al igual que Jesús ayudó a los doce apóstoles, también necesitamos su ayuda para cumplir con nuestra vocación de ser misioneros. Debemos pedirle a Jesús que nos fortalezca, que nos guíe y que nos dé las palabras adecuadas para proclamar su mensaje. Necesitamos su gracia para enfrentar los desafíos y obstáculos que encontraremos en nuestro camino.

Ser misionero no se trata solo de palabras, sino también de acciones. Jesús nos envía a predicar y a sanar, lo que implica ayudar a los demás, servir a los necesitados y compartir el mensaje de salvación. Necesitamos estar dispuestos a salir de nuestra zona de comodidad y llevar el evangelio a aquellos que aún no lo han escuchado.

En pocas palabras este evangelio nos recuerda que hemos sido llamados por Jesús para ser misioneros de la buena nueva. Podemos buscar su presencia y su ayuda en nuestra vida diaria, y confiar en su gracia para cumplir con nuestra vocación. Que podamos responder a su llamado con alegría y generosidad, llevando su amor y su verdad a todos los rincones del mundo.

 

18 de enero

 

Marcos 3,7-12

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la actitud de Jesús frente a la fama y cómo nosotros podemos aplicar su ejemplo en nuestras propias vidas.

Jesús, a pesar de realizar grandes obras y milagros, no buscaba la fama ni los aplausos. Su objetivo principal era dar vida y abundancia a todos aquellos que lo necesitaban. Sin embargo, debido a su poder y los testimonios de aquellos que habían sido sanados, su fama se extendió rápidamente y muchas personas comenzaron a seguirlo de todas partes.

En nuestra sociedad actual, también nos vemos enfrentados a situaciones donde el reconocimiento y la fama pueden ser una tentación. Es fácil dejarnos llevar por el deseo de ser aplaudidos y admirados por los demás. Pero la reflexión nos invita a mantenernos en la humildad y el servicio, incluso cuando la fama nos rodea.

Es importante recordar que la verdadera grandeza está en servir a los demás y en anunciar la buena nueva del Evangelio. En lugar de buscar el aplauso y la fama, debemos buscar formas de continuar con humildad nuestro llamado a llevar la luz de Cristo al mundo.

Para lograr esto, necesitamos sabiduría y fuerzas. Debemos pedirle a Dios que nos conceda la sabiduría necesaria para discernir entre la fama vacía y la verdadera gloria que proviene de servir a los demás. También debemos implorar a Dios que nos dé la fuerza y determinación para resistir las tentaciones del ego y permanecer enfocados en nuestra misión de anunciar la buena nueva.

Por ende , este mensaje nos desafía a buscar la humildad y el servicio en medio de la fama y el reconocimiento. Nos invita a recordar que nuestro propósito último es dar vida y abundancia a los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús. Con la ayuda de Dios, podemos encontrar formas de continuar proclamando la buena nueva mientras permanecemos anclados en la realidad y enraizados en el servicio a los demás.

17 de enero

 

Marcos 3,1-6

Este pasaje relata un acontecimiento en el que Jesús entra a una sinagoga en el día de reposo y se encuentra con un hombre que tenía una mano atrofiada. Los fariseos y herodianos observaban a Jesús con la intención de acusarlo, esperando que hiciera algo que consideraran como una violación de las leyes del reposo sabático.

A pesar de no tener argumentos sólidos para acusarlo, su actitud de vigilancia constante entristece y enoja a Jesús. Él comprende que están más interesados en atraparlo en una falta que en entender y experimentar el verdadero poder y amor de Dios.

En respuesta a esta situación, Jesús decide sanar la mano del hombre en sábado. Con este acto de misericordia y compasión, Jesús demuestra que el tiempo está hecho para dar gracias, glorificar a Dios y ayudar a aquellos que más lo necesitan. Su acción muestra que el reino de Dios es un lugar donde todos tienen cabida y donde los más necesitados encuentran ayuda y consuelo.

Esta reflexión nos invita a examinar nuestras actitudes hacia los demás y hacia las reglas establecidas. La historia nos recuerda la importancia de priorizar la compasión y la justicia sobre las tradiciones y reglamentos. Nos insta a buscar el reino de Dios, donde todos son amados, valorados y cuidados.

En nuestras vidas, podemos seguir el ejemplo de Jesús al buscar oportunidades para mostrar amor y compasión hacia los demás, especialmente aquellos que son marginados o sufren. Además, podemos cuestionar nuestras propias actitudes y prejuicios, recordando que el verdadero significado del día de reposo no es simplemente cumplir con las reglas, sino vivir en sintonía con la voluntad de Dios y tratar a los demás con amor y dignidad.

16 de enero

 

Marcos 2,23-28

Hoy vemos que Jesús y sus discípulos están caminando por los campos en día de reposo, el sábado. Los discípulos comienzan a arrancar espigas y comérselas, lo cual era considerado una violación de la ley del reposo sabático según la interpretación de los fariseos.

Este evento desencadena la reacción de los fariseos, quienes acusan a Jesús y sus discípulos de transgredir la ley. Jesús les responde citando un episodio del Antiguo Testamento en el que el rey David y sus compañeros comieron los panes consagrados, que solo los sacerdotes podían comer. Jesús les señala que incluso en ese caso, cuando se rompía la ley literalmente, Dios no los culpó, ya que entendió sus necesidades y las prioridades del corazón.

A través de este pasaje, Jesús nos invita a reflexionar sobre el propósito y la intención detrás de las leyes. No debemos perder de vista que las leyes son medios para acercarnos a Dios y vivir en armonía con nuestros hermanos, no fines en sí mismas. El objetivo principal de las leyes es promover la convivencia, la justicia y el amor.

Es importante reconocer que las leyes no deben convertirse en instrumentos de opresión o división, ni utilizarse para controlar a otros. En cambio, debemos comprender que la esencia de la ley es el amor, y que su aplicación debe basarse en una comprensión profunda de las necesidades humanas y en el respeto mutuo.

Al igual que Jesús desafió las interpretaciones restrictivas de la ley en favor de un enfoque más compasivo y centrado en el amor, también nosotros debemos buscar entender el espíritu detrás de las normas y tratar de vivir de acuerdo con los valores de Dios. Jesús nos llama a priorizar la justicia, la misericordia y la compasión sobre las reglas rígidas y sin sentido.

Que en nuestras vidas busquemos siempre la sabiduría y la guía del Espíritu Santo para discernir cómo vivir los mandamientos de Dios de manera auténtica y significativa, priorizando el amor y la comprensión hacia nuestros hermanos. Que reconozcamos que el propósito de la ley es acercarnos a Dios y promover la convivencia pacífica y fraterna entre todos los seres humanos.

 

15 de enero

 

Marcos 2,18-22

En este de pasaje de Marcos, Jesús habla sobre el ayuno y cómo sus discípulos no ayunan como lo hacen los discípulos de Juan y los fariseos. Esta respuesta desconcierta a sus interlocutores, quienes se preguntan por qué actúa de manera diferente a lo que se acostumbra. Jesús les explica esta diferencia usando el ejemplo del remiendo y el vino.

Reflexionando sobre este texto, podemos ver que Jesús nos invita a dejar de lado las normas y tradiciones establecidas cuando estas contradicen los valores del Reino de Dios. Él personifica lo nuevo, la ley del amor y la gracia. Nos anima a definirnos y tomar una posición clara, sin vivir de componendas o mezclar lo antiguo con lo nuevo.

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos con situaciones en las que debemos discernir entre lo viejo y caduco del poder, tener y aparentar que ofrece nuestro mundo hoy, y los valores del reino de Dios. Jesús nos llama a seguir su ejemplo y optar por vivir según los valores del amor, la justicia y la compasión

En este día también celebramos a san Arnoldo Janssen, fundador de los Misioneros del Verbo Divino. Su vida y obra nos inspiran a vivir fielmente los valores del reino de Dios y a ser portadores del mensaje del Evangelio a todos los rincones del mundo.

Oremos para que el Señor nos guíe y fortalezca en nuestro compromiso de conocer, apreciar y vivir los valores del reino frente a las tentaciones del mundo. Que podamos seguir el ejemplo de Jesús y san Arnoldo Janssen, siendo luz y sal en un mundo que tanto necesita el mensaje de amor y esperanza del Evangelio. Amén

13 de enero

 

Marcos 3,13-19

Este pasaje de Marcos nos invita a reconocer que la elección de los apóstoles por parte de Jesús no fue un acto casual, sino que tuvo lugar en un contexto especial, en la presencia de Dios en el monte. Esto nos muestra que la elección de los discípulos no fue simplemente una decisión humana, sino que fue guiada por la voluntad divina.

El hecho de que Jesús subiera al monte para hacer esta elección resalta la importancia de buscar la presencia de Dios en nuestras vidas. Así como los montes mencionados en la Biblia son lugares significativos donde la presencia divina se hace presente, nosotros también debemos buscar momentos de encuentro con Dios, ya sea a través de la oración, la meditación o la participación en la comunidad de fe.

En el monte, Jesús da nombre a aquellos a quienes elige como apóstoles. Esto implica que los apóstoles reciben una identidad y una misión específica. Del mismo modo, cuando fuimos bautizados, también recibimos un nombre y una vocación para ser misioneros de la buena nueva. Somos llamados a llevar el mensaje de amor y salvación de Dios a todos aquellos que encontramos en nuestro camino.

Es importante recordar que, al igual que Jesús capacitó a sus apóstoles para predicar y sanar, también recibimos la ayuda de Jesús para cumplir nuestra misión. Encomendamos a él nuestra labor y buscamos su guía y fortaleza. Él nos equipa con los dones necesarios y nos acompaña en cada paso.

Este evangelio nos invita a buscar la presencia de Dios en nuestras vidas y a reconocer nuestra identidad y vocación como discípulos misioneros. Somos llamados a llevar el mensaje de Jesús a los demás, confiando en su ayuda y fortaleza para cumplir nuestra misión.

 

12 de enero

 

Marcos 2,1-12

En este evangelio encontramos una historia poderosa que nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud de intransigencia y nuestra capacidad para aceptar el amor y el perdón de Dios en nuestras vidas.

En esta historia, Jesús se encuentra rodeado de maestros de la ley, personas instruidas en las normas y enseñanzas religiosas de la época. Ellos están firmemente arraigados en sus creencias y no están dispuestos a considerar la posibilidad de que Jesús sea el Mesías esperado. En cambio, lo tachan de charlatán y blasfemo.

Sin embargo, Jesús no solo responde a este desafío sino que va más allá. Él sabe lo que los maestros de la ley están pensando y les plantea una pregunta: "¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o decirle: 'Levántate, toma tu camilla y camina'?" (Marcos 2,9). Jesús les muestra que tiene el poder tanto para perdonar pecados como para realizar milagros físicos.

Y luego, para demostrar su autoridad y poder, Jesús dice al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa" (Marcos 2,11). El hombre se levanta, toma su camilla y camina ante los ojos asombrados de todos. Esta señal milagrosa confirma la divinidad y el poder de Jesús.

Esta historia nos desafía a examinar nuestra propia intransigencia y resistencia al cambio. ¿Cuántas veces nos aferramos a nuestras propias ideas, creencias y tradiciones, y nos negamos a considerar nuevas perspectivas? ¿Cuántas veces tachamos de falsos o equivocados a aquellos que no piensan como nosotros?

La invitación que encontramos en esta historia es la apertura del corazón. Jesús nos llama a aceptar y difundir en el mundo actual la buena nueva del amor y el perdón de Dios. Debemos reconocer que solo Dios tiene el poder de perdonar pecados y que Jesús, como el Hijo de Dios, tiene autoridad para hacerlo.

Al abrir nuestros corazones a esta verdad, podemos experimentar la transformación y la liberación que viene a través del perdón de Dios. Y al difundir esta buena nueva, podemos ser instrumentos de amor y reconciliación en un mundo que tan desesperadamente lo necesita.

Que esta reflexión nos inspire a examinar nuestra propia intransigencia y a buscar la apertura del corazón para aceptar y difundir el amor y el perdón de Dios en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.

11 de enero

 

Marcos 1,40-45

Aquí encontramos una hermosa historia que nos invita a reflexionar sobre la compasión y el trato hacia aquellos que son considerados marginales o excluidos por la sociedad. En esta historia, un hombre con lepra se acerca a Jesús en busca de sanación y se atreve a romper las normas establecidas acercándose a la gente sana.

En tiempos de Jesús, los leprosos eran  considerados impuros y debían vivir alejados de la sociedad. Eran marginados y discriminados, tanto por su enfermedad como por las creencias religiosas de la época. Sin embargo, este hombre impuro muestra una gran osadía y fe al acercarse a Jesús, confiando en que él tiene el poder para sanarlo.

Lo que resulta aún más sorprendente es la reacción de Jesús. En lugar de recriminar al hombre por acercarse a la gente sana o rechazarlo debido a su estado de impureza, Jesús siente compasión por él. No solo eso, sino que lo toca con su mano y lo declara limpio. Jesús muestra una sensibilidad y amor que desafía las normas sociales y religiosas de la época.

Esta historia nos hace reflexionar sobre nuestra actitud hacia aquellos que son considerados marginados o excluidos en nuestra sociedad actual. ¿Cuántas personas necesitan cercanía, compasión y contacto? ¿Cuántas personas son tratadas como "leprosos" en nuestros días? Puede ser que se trate de personas con enfermedades, discapacidades, adicciones, inmigrantes o simplemente aquellos que son diferentes a nosotros.

La invitación que encontramos en este pasaje es a abrir nuestros corazones y ser sensibles a la necesidad de humanidad y buen trato hacia los demás. Jesús nos muestra el ejemplo de acoger a aquellos que son rechazados por la sociedad, amarlos y brindarles compasión y cercanía.

Que esta reflexión nos motive a buscar oportunidades para mostrar amor y compasión hacia los demás, especialmente hacia aquellos que son considerados "leprosos" en nuestra sociedad. Que seamos capaces de romper las barreras del prejuicio y la exclusión, extendiendo nuestras manos y abrazando a aquellos que más lo necesitan.

10 de enero

 

Marcos 1,29-39

En este evangelio leemos acerca de Jesús sanando a la sue de Simón Pedro y a muchos otros enfermos en Cafarnaúm. Después de un día lleno de actividad, Jesús se retira a un lugar solitario para orar.

Este pasaje nos enseña varias lecciones significativas. En primer lugar, nos muestra la importancia de mantener una relación cercana con Dios. A pesar de las múltiples demandas y responsabilidades que tenía, Jesús reconocía la necesidad de apartarse y buscar momentos de intimidad y comunión en la oración. Esto nos inspira a priorizar nuestra relación con Dios y buscar momentos de reflexión y comunión en medio de nuestras ocupaciones diarias.

Además, este pasaje también nos hace reflexionar sobre el ritmo acelerado de la vida moderna. La sociedad actual nos sumerge en un constante vértigo y nos resulta difícil encontrar espacios de silencio y escucha en la presencia de Dios. Sin embargo, sigue siendo esencial apartarnos de las distracciones y encontrar momentos para la oración y la reflexión.

Otra lección que podemos extraer de este pasaje es la importancia de ser testigos de Cristo en cualquier lugar y situación en la que nos encontremos. Aunque Jesús buscaba momentos de soledad y oración, no permanecía aislado. Él entendía que su misión era llevar el mensaje y el amor de Dios a todas las personas. De la misma manera, nosotros también estamos llamados a ser testigos de Cristo, llevando su luz y su amor a aquellos que nos rodean

Finalmente, esta historia resalta la fortaleza que proviene de la oración. A pesar de las demandas y expectativas de la multitud, Jesús se mantuvo firme en su misión y estableció prioridades claras basadas en la voluntad de Dios. La oración le brindó la fortaleza y la dirección necesarias para seguir adelante en su ministerio.

La historia de Jesús retirándose a un lugar solitario para orar nos invita a reflexionar sobre la importancia de nuestra relación con Dios, el ritmo acelerado de la vida moderna, el llamado a ser testigos de Cristo y la fortaleza que proviene de la oración.

9 de enero

 

9 de enero

Marcos 1,21-28

En este pasaje de vemos a Jesús enseñando la sinagoga de Capernaúm. Aquí podemos reflexionar sobre algunas enseñanzas significativas:

1. Enseñanza con autoridad: La gente se admira de las enseñanzas de Jesús porque habla con autoridad. A diferencia de los maestros de la ley, Jesús no se basa en títulos académicos o conocimientos meramente humanos. Su autoridad proviene de su relación íntima con Dios y de su misión divina. Como seguidores de Jesús, debemos aprender a reconocer y valorar la autoridad espiritual por encima de cualquier título o posición académica.

2. El objetivo de su enseñanza: Jesús enseña con el fin último de promover la vida y el bienestar de los demás. Sus enseñanzas no son teorías abstractas, sino que se fundamentan en practicar el amor de Dios en la vida cotidiana. A menudo, nosotros nos enfocamos más en la acumulación de conocimiento intelectual, perdiendo de vista la importancia de poner en práctica lo que aprendemos para beneficio de los demás.

3. Coherencia entre palabras y acciones: Una de las características distintivas de la enseñanza de Jesús es que sus palabras van acompañadas de hechos concretos. No solo dice lo correcto, sino que también lo pone en práctica. Es importante recordar que nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras. Debemos esforzarnos por vivir de acuerdo con los principios que enseñamos, actuando con coherencia y siendo un ejemplo vivo para los demás.

4. Sensibilidad hacia las personas: Jesús muestra una sensibilidad especial hacia las necesidades y sufrimientos de las personas. Su enseñanza está profundamente arraigada en el amor de Dios por la humanidad. Como seguidores de Jesús, también debemos cultivar esta sensibilidad hacia los demás, reconociendo su dignidad y tratándolos con compasión y respeto, sin dejarnos llevar por ilusiones o apariencias superficiales.

En resumen, la reflexión bíblica nos invita a valorar la autoridad espiritual de Jesús, a poner en práctica sus enseñanzas para promover el bienestar de los demás, a vivir con coherencia entre nuestras palabras y acciones, y a ser sensibles hacia las necesidades de las personas. Que el Señor nos dé la gracia y la sensibilidad necesaria para vivir de acuerdo con su voluntad y llevar su amor al mundo.

8 de enero

 San Marcos 1, 7- 11

El pasaje de San Marcos 1, 7-11 nos muestra el bautismo de Jesús en el río Jordán. Aquí podemos reflexionar sobre algunas enseñanzas significativas:

1. Bautismo y filiación divina: En este pasaje, Jesús es bautizado por Juan el Bautista y se oye la voz de Dios que proclama: "Tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco". Esto nos revela que a través del bautismo, también nosotros somos llamados y adoptados como hijos queridos de Dios. Nos identificamos con Jesús y compartimos su filiación divina.

2. Participación en la vida de Jesús: Como bautizados, somos invitados a participar de la vida de Jesús. Esto implica seguir sus enseñanzas, imitar su ejemplo, y comprometernos a vivir de acuerdo con sus valores. Nos convertimos en discípulos de Jesús y buscamos ser sus manos y pies en el mundo.

3. La búsqueda del derecho y la justicia: Jesús, a través de su vida y ministerio, buscó activamente el derecho y la justicia para todos. Como personas bautizadas, también somos llamados a identificarnos con esta búsqueda. Esto implica luchar por los derechos de los demás, trabajar por la justicia social y promover la dignidad humana. Es un signo claro de la presencia del reino de Dios entre nosotros.

4. Sentirse amado por Dios: El pasaje nos invita a reflexionar sobre cómo nos sentimos como personas amadas por Dios. A través del bautismo y la filiación divina, Dios nos muestra su amor incondicional y su gratitud por nosotros. Reconocer y aceptar este amor nos permite vivir con confianza y esperanza, sabiendo que somos valiosos y amados por Dios.

Este pasaje de San Marcos 1, 7-11 nos reta a reflexionar sobre nuestra identidad como personas bautizadas y amadas por Dios. Nos impulsa a participar en la vida de Jesús, buscando el derecho y la justicia para todos, y así hacer presente el reino de Dios en nuestro mundo.

Y con esta fiesta del bautismo de Jesús termina el ciclo de la navidad

6 de enero

San Lucas 3, 23-38

El pasaje de San Lucas es una genealogía de Jesús que puede parecer menos emocionante o relevante en comparación con otras partes de la Biblia. Sin embargo, cuando reflexionamos sobre este texto, hay algunas lecciones importantes que podemos extraer:

1. Conexión con la historia: Esta genealogía muestra la conexión de Jesús con la historia del pueblo judío y cómo está arraigado en las promesas dadas a Abraham y David. Nos recuerda que Jesús no es solo un personaje aislado, sino que es parte de la historia de salvación que se desarrolló a lo largo de generaciones.

2. Cumplimiento de las promesas de Dios: A través de esta lista de antepasados, vemos cómo Dios ha sido fiel en cumplir sus promesas. Cada nombre mencionado es un testimonio del cuidado y la planificación divina para traer al Mesías al mundo. Esto nos recuerda la fidelidad de Dios en nuestras propias vidas y cómo Él cumple sus promesas en su tiempo perfecto.

3. Identificación con la humanidad: La genealogía de Jesús nos muestra su identificación con la humanidad. A través de sus antepasados humanos, Jesús se conecta con nuestra experiencia humana y muestra su voluntad de redimirnos y salvarnos. Él entiende nuestros sufrimientos, luchas y alegrías, y ofrece su amor y misericordia para sanarnos y rescatarnos.

4. La universalidad de la salvación: Esta genealogía incluye a personas conocidas y menos conocidas, pecadores y justos. Nos recuerda que la salvación es para todos, sin importar nuestro origen, estatus social o pasado. Jesús vino a salvar a toda la humanidad, y esta genealogía nos muestra que nadie está excluido de su amor y gracia.

Al reflexionar sobre el pasaje de San Lucas 3, 23-38, podemos apreciar la grandeza de la obra de Dios a lo largo de la historia y su amor incondicional hacia nosotros. Nos invita a confiar en su fidelidad, a reconocer nuestra conexión con la historia de salvación y a acoger la salvación que Jesús ofrece a todos. 

5 de enero

 

Juan 1,43-51

En este pasaje vemos cómo Natanael experimenta un encuentro transformador con Jesús. En este relato, Felipe le habla a Natanael acerca de haber encontrado al Mesías, y su respuesta inicial es escéptica, basada en sus propios prejuicios y esquemas previos. Sin embargo, cuando se encuentra cara a cara con Jesús, su perspectiva cambia por completo.

La reflexión que podemos extraer de este pasaje es la importancia de dejar atrás nuestras limitaciones y prejuicios para poder ver la verdad de forma diferente. A menudo, nuestra comodidad y miedo a lo desconocido nos impiden abrirnos a nuevas experiencias y realidades que podrían enriquecer nuestro camino.

Jesús nos invita a "venir y ver", a comprobar por nosotros mismos quién es Él y qué tiene para ofrecernos. No debemos quedarnos solo con las razones y explicaciones que otros nos dan, sino tener una experiencia personal con Él. Esto implica salir de nuestra zona de confort, cuestionar nuestras creencias arraigadas y estar dispuestos a descubrir nuevas verdades.

Es importante también dejarnos guiar por aquellos que han experimentado la salvación en sus vidas, aquellos que han tenido un encuentro personal con Jesús y han sido transformados por Él. Sus testimonios pueden servirnos como guía y apoyo en nuestro propio camino de fe.

Esta reflexión nos invita a superar nuestros esquemas y prejuicios, a salir de nuestra comodidad y abrirnos a nuevas experiencias con Jesús. Solo así podremos reconocer la verdad y encontrar un sentido más profundo en nuestro caminar espiritual.

4 de enero

 

San Juan 1, 35-42

Este pasaje de Juan nos presenta el encuentro de Jesús con los primeros discípulos. En este texto, encontramos una invitación a seguir a Jesús no solo desde las ideas, sino desde una experiencia vital que transforma nuestras vidas.

En el relato, Juan el Bautista señala a Jesús como el Cordero de Dios y dos de sus discípulos deciden seguirlo. Cuando Jesús se da cuenta de que lo siguen, les pregunta: "¿Qué buscan?" Ellos responden: "Rabbí, ¿dónde vives?" Jesús les responde: "Vengan y vean". Así, los discípulos pasan tiempo con Jesús y experimentan una profunda transformación.

Esta experiencia de seguir a Jesús no se trata solo de compartir sus ideas o creencias, sino de vivir de una manera determinada frente al mundo y a los demás. Es un llamado a dejar atrás nuestras antiguas formas de vida y abrirnos a una nueva forma de ser y actuar.

La oración que mencionas es una hermosa petición que refleja el deseo de tener una experiencia vital con Jesús que nos cambie y nos convierta en seguidores alegres y confiados. Es importante recordar que Jesús está siempre dispuesto a acogernos y a transformarnos, pero también necesitamos estar abiertos y dispuestos a dejarnos cambiar por Él.

Para tener una experiencia vital con Jesús, es fundamental buscarlo en oración, en la lectura de la Palabra de Dios y en los sacramentos. Es importante también buscar vivir de acuerdo con sus enseñanzas, amando a nuestros prójimos, perdonando, sirviendo y buscando la justicia y la paz.

Siguiendo a Jesús de manera determinada, experimentaremos su amor y su gracia transformadora en nuestras vidas. Nos convertiremos en verdaderos discípulos alegres y confiados, testigos de su amor y portadores de su mensaje de salvación para el mundo.

Así que, pidamos al Señor la gracia de tener una experiencia vital con Él que nos cambie y nos convierta en seguidores discípulos alegres y confiados, para que podamos ser luz en medio de la oscuridad y reflejar el amor y la misericordia de Jesús en nuestras vidas.

3 de enero


Juan 1,29-34

Reflexionemos sobre el pasaje donde Juan el Bautista presenta a Jesús como el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Este título revela una verdad profunda sobre la identidad y la misión de Jesús.

En la antigua tradición judía, el cordero pascual se ofrecía como sacrificio para la redención y la liberación del pueblo de Dios. Recordemos cómo en Egipto, los primogénitos judíos fueron salvados de la muerte a través de la sangre de un cordero. Este evento prefiguraba la obra redentora de Jesús.

Jesús, como el Cordero de Dios, vino a este mundo para ofrecerse como sacrificio por nuestros pecados y liberarnos de la esclavitud del pecado y de todo lo que nos separa de Dios. Su muerte en la cruz y su resurrección son el evento supremo de salvación y liberación.

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestras propias esclavitudes y pecados. Todos llevamos cargas y ataduras que nos impiden vivir plenamente y experimentar la verdadera libertad. Puede ser el apego a los placeres mundanos, la falta de perdón, la envidia, la codicia o cualquier otra forma de pecado que nos atrape.

La buena noticia es que en Jesús, el Cordero de Dios, encontramos el perdón, la libertad y la vida eterna. Su sacrificio nos ofrece la posibilidad de ser salvados y transformados. Pero para experimentar esta liberación, debemos abrir nuestros corazones, arrepentirnos sinceramente y confiar en su amor y misericordia.

En nuestras vidas diarias, recordemos que somos llamados a vivir como discípulos de Jesús, el Cordero de Dios. Busquemos liberarnos de las ataduras del pecado y sigamos sus enseñanzas y ejemplo de amor, humildad y sacrificio.

Oremos para que el Espíritu Santo nos ayude a reconocer nuestras esclavitudes y pecados, y nos guíe hacia la verdadera libertad en Cristo. Que podamos recibir el perdón y la gracia abundante que Jesús ofrece, y así caminar en los caminos de liberación y vida plena que Él nos lleva. En nombre de Jesús, el Cordero de Dios, amén.

2 de enero

 

Juan 1,19-28

En este evangelio vemos la figura de Juan el Bautista, quien tenía claro su identidad y misión. Él sabía que su papel era anunciar a alguien mucho más grande que él, alguien a quien no se consideraba digno de desatar la correa de su sandalia. Su humildad y reconocimiento de su lugar en relación con Cristo son ejemplos poderosos para nosotros.

Sin embargo, vemos cómo los hombres del poder y la religión de ese tiempo no están interesados en el mensaje que Juan trae, sino en los títulos y el prestigio del mensajero. Están más preocupados por mantener su estatus y control que por escuchar la voz de Dios a través de Juan.

Esta actitud nos plantea una reflexión profunda: ¿Cuántas veces hemos sido como aquellos hombres del poder y la religión? ¿Cuántas veces nos hemos aferrado a nuestras propias ideas y posiciones, sin estar dispuestos a abrir nuestros corazones a la verdad que viene de Dios?

La realidad es que a veces nuestra visión se nubla por nuestros propios intereses, nuestros egos y nuestras agendas personales. Nos negamos a ver lo que está justo frente a nosotros: la presencia de Dios y su voluntad en nuestras vidas.

En esta reflexión, podemos orar al Señor para que nos quite los velos que nos impiden ver con claridad y sinceridad. Que podamos abrir nuestros ojos y nuestros corazones para dejarnos acompañar e iluminar por aquellos que realmente sienten, ven y viven en la certeza de la presencia de Dios.

Que el ejemplo de humildad y claridad de Juan el Bautista nos inspire a buscar siempre la verdad, incluso si va en contra de nuestras propias ideas y deseos. Que estemos dispuestos a escuchar y seguir la voz de Dios sin importar las apariencias o los títulos de quienes nos transmiten su mensaje.

Que nuestra fe sea auténtica y sincera, que estemos dispuestos a dejarnos guiar por el Espíritu Santo y a reconocer la grandeza de Dios en todos los aspectos de nuestra vida. Que podamos aprender a vivir con humildad y a reconocer que somos meros mensajeros de la verdad eterna que viene de Dios.

1 de enero

 San Lucas 2, 16-21

Luego tenemos a María, quien ha sido escogida por Dios para ser la madre del Verbo encarnado. Su nombre propio destaca su singularidad y su papel fundamental en el plan de salvación. María es ejemplo de obediencia y entrega total a la voluntad de Dios, siendo modelo para todos nosotros en nuestra relación con Dios.

José, del linaje de David, también tiene un papel importante como padre adoptivo de Jesús. Aunque no comparte la paternidad biológica, José le da a Jesús un linaje real. Su nombre propio muestra su compromiso y responsabilidad en cuidar y proteger a Jesús como si fuera su propio hijo.

Por último, encontramos a Jesús, el Verbo encarnado, el Emmanuel, que significa "Dios con nosotros". Él es el centro de toda esta historia y el motivo de celebración en este primer día del año. Es a través de su nacimiento que se realiza la promesa de salvación para toda la humanidad.

Esta reflexión nos invita a reconocer la importancia de cada nombre y su significado en la historia de la salvación. Nos enseña que Dios elige a aquellos que son considerados insignificantes para el mundo para llevar a cabo sus planes. Nos anima a seguir el ejemplo de los pastores, María y José, en su humildad, obediencia y compromiso en la misión que Dios nos ha encomendado.

En este nuevo año, recordemos que también nosotros tenemos un nombre propio, y somos llamados a darle un significado profundo a través de nuestras acciones y compromiso con el Evangelio. Que el nombre de Jesús, el Emmanuel, esté siempre en el centro de nuestras vidas y sea nuestra guía en todo momento.