Marcos 3,13-19
Este pasaje de Marcos nos invita a reconocer que la elección
de los apóstoles por parte de Jesús no fue un acto casual, sino que tuvo lugar
en un contexto especial, en la presencia de Dios en el monte. Esto nos muestra
que la elección de los discípulos no fue simplemente una decisión humana, sino
que fue guiada por la voluntad divina.
El hecho de que Jesús subiera al monte para hacer esta
elección resalta la importancia de buscar la presencia de Dios en nuestras
vidas. Así como los montes mencionados en la Biblia son lugares significativos
donde la presencia divina se hace presente, nosotros también debemos buscar
momentos de encuentro con Dios, ya sea a través de la oración, la meditación o
la participación en la comunidad de fe.
En el monte, Jesús da nombre a aquellos a quienes elige como
apóstoles. Esto implica que los apóstoles reciben una identidad y una misión
específica. Del mismo modo, cuando fuimos bautizados, también recibimos un
nombre y una vocación para ser misioneros de la buena nueva. Somos llamados a
llevar el mensaje de amor y salvación de Dios a todos aquellos que encontramos
en nuestro camino.
Es importante recordar que, al igual que Jesús capacitó a
sus apóstoles para predicar y sanar, también recibimos la ayuda de Jesús para
cumplir nuestra misión. Encomendamos a él nuestra labor y buscamos su guía y
fortaleza. Él nos equipa con los dones necesarios y nos acompaña en cada paso.
Este evangelio nos invita a buscar la presencia de Dios en
nuestras vidas y a reconocer nuestra identidad y vocación como discípulos
misioneros. Somos llamados a llevar el mensaje de Jesús a los demás, confiando
en su ayuda y fortaleza para cumplir nuestra misión.