San Juan 1,
35-42
Este pasaje
de Juan nos presenta el encuentro de Jesús con los primeros discípulos. En este
texto, encontramos una invitación a seguir a Jesús no solo desde las ideas,
sino desde una experiencia vital que transforma nuestras vidas.
En el
relato, Juan el Bautista señala a Jesús como el Cordero de Dios y dos de sus
discípulos deciden seguirlo. Cuando Jesús se da cuenta de que lo siguen, les
pregunta: "¿Qué buscan?" Ellos responden: "Rabbí, ¿dónde
vives?" Jesús les responde: "Vengan y vean". Así, los discípulos
pasan tiempo con Jesús y experimentan una profunda transformación.
Esta
experiencia de seguir a Jesús no se trata solo de compartir sus ideas o
creencias, sino de vivir de una manera determinada frente al mundo y a los
demás. Es un llamado a dejar atrás nuestras antiguas formas de vida y abrirnos
a una nueva forma de ser y actuar.
La oración
que mencionas es una hermosa petición que refleja el deseo de tener una
experiencia vital con Jesús que nos cambie y nos convierta en seguidores
alegres y confiados. Es importante recordar que Jesús está siempre dispuesto a
acogernos y a transformarnos, pero también necesitamos estar abiertos y
dispuestos a dejarnos cambiar por Él.
Para tener
una experiencia vital con Jesús, es fundamental buscarlo en oración, en la
lectura de la Palabra de Dios y en los sacramentos. Es importante también
buscar vivir de acuerdo con sus enseñanzas, amando a nuestros prójimos,
perdonando, sirviendo y buscando la justicia y la paz.
Siguiendo a
Jesús de manera determinada, experimentaremos su amor y su gracia
transformadora en nuestras vidas. Nos convertiremos en verdaderos discípulos
alegres y confiados, testigos de su amor y portadores de su mensaje de
salvación para el mundo.
Así que, pidamos
al Señor la gracia de tener una experiencia vital con Él que nos cambie y nos
convierta en seguidores discípulos alegres y confiados, para que podamos ser
luz en medio de la oscuridad y reflejar el amor y la misericordia de Jesús en
nuestras vidas.