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19 de diciembre

 

Lucas 1,5-25

Este pasaje nos presenta la historia del nacimiento de Juan el Bautista, un precursor importante en la misión de preparar el camino para la venida de Jesús.

En este relato, vemos cómo Dios obra en situaciones aparentemente imposibles. Zacarías y su esposa Isabel eran una pareja mayor y estéril, lo que en aquel tiempo se consideraba una desgracia y una vergüenza. Sin embargo, Dios decide intervenir y anuncia a Zacarías que Isabel concebirá y dará a luz a un hijo.

Esta intervención divina es un recordatorio de que Dios puede trabajar a través de personas corrientes y en circunstancias difíciles. A menudo, nos enfrentamos a desafíos y obstáculos en nuestras vidas que parecen insuperables. Pero el ejemplo de Zacarías e Isabel nos enseña que cuando confiamos en el plan de Dios y estamos dispuestos a ser instrumentos de su voluntad, él puede obrar maravillas en medio de nuestras limitaciones y dificultades.

Juan el Bautista cumplió su misión de ser el precursor de Jesús, anunciando su llegada y preparando el camino para él. Del mismo modo, como seguidores de Jesús en nuestros días, también tenemos la responsabilidad de ser precursores y anunciadores de la Buena Nueva. Debemos estar dispuestos a preparar el camino para que las personas encuentren a Jesús en sus vidas, compartiendo su mensaje de amor, esperanza y salvación.

Que esta reflexión nos anime a seguir el ejemplo de Juan el Bautista, preparando el camino para el Señor en nuestras vidas y siendo testigos vivos de su amor y misericordia en el mundo. Que estemos abiertos a la acción de Dios, confiando en su poder para obrar en los momentos más difíciles y siendo instrumentos de su paz y salvación para los demás.