San Mateo 1,18-24
Este evangelio relata
la anunciación a José, donde el ángel del Señor se le presenta para animarlo en
la tarea que le ha sido encomendada. En esta historia, vemos cómo Dios siempre
busca la colaboración de hombres y mujeres en la historia de la salvación.
José, un hombre sencillo y de profunda fe, nos enseña una
valiosa lección: confiar y aceptar los planes de Dios incluso cuando no los
entendemos por completo. En muchas ocasiones, buscamos certezas y seguridades
en nuestras vidas, tratando de tener todo bajo nuestro control. Sin embargo, la
historia de José nos invita a abrirnos a la disponibilidad para cooperar con
otros en la llegada de un mundo nuevo.
José fue confrontado con una situación inesperada: su
prometida, María, estaba embarazada y él sabía que no era su hijo biológico. En
ese momento, puede haber sentido dolor, confusión y temor. Pero el ángel del
Señor le dice: "José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer,
porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es" (Mateo 1,20).
José, movido por su fe y confianza en Dios, acepta cumplir
con el plan divino. Aunque no comprendiera plenamente lo que estaba sucediendo,
José confía en Dios y se dispone a ser instrumento de la voluntad divina.
Esta historia nos invita a reflexionar sobre nuestra propia
disposición para cooperar con otros en la llegada de un mundo nuevo. A menudo,
queremos tener todo resuelto y claridad absoluta antes de comprometernos. Pero
Dios nos llama a confiar en Él y a estar abiertos a colaborar con los demás,
incluso cuando no entendamos completamente los planes divinos.
La disponibilidad para cooperar con otros implica humildad,
flexibilidad y desprendimiento de nuestras propias expectativas. Nos lleva a
ser instrumentos del amor de Dios en el mundo, dispuestos a servir y a ser
parte de la transformación de la sociedad.
Al igual que José, podemos aprender a confiar en Dios y a
aceptar su voluntad, aunque no siempre comprendamos sus caminos. Pidamos al
Señor que nos llene de su Espíritu, para que podamos ser fieles colaboradores
en la llegada de un mundo nuevo, donde reine el amor, la justicia y la paz.
Que la historia de José nos inspire a dejar de buscar
certezas y seguridades egoístas, y en cambio, nos motive a abrirnos a la
disponibilidad para cooperar con otros en la construcción de un mundo mejor.
Que podamos confiar en Dios y estar dispuestos a ser instrumentos de su amor y
gracia en nuestro entorno.
Que la historia de José nos recuerde que Dios siempre cuenta
con nosotros para llevar adelante su plan de salvación. Que podamos responder a
su llamado con fe y valentía, dispuestos a ser colaboradores en la llegada de
un mundo nuevo en el que el amor y la justicia prevalezcan. En definitiva,
nuestra disposición para cooperar con otros en la llegada de un mundo nuevo es
un acto de fe y confianza en Dios. Abrámonos a su gracia y permitamos que Él
nos guíe en esta misión, para que juntos podamos ser agentes de transformación
en nuestra sociedad. "Señor, ábrenos a la disponibilidad para cooperar con
otros en la llegada de un mundo nuevo. Ayúdanos a confiar en tu plan y a ser
instrumentos de tu amor y gracia. Amén."