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12 de octubre

 Mateo 18,12-14

En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta la figura del pastor que se alegra al encontrar a la oveja perdida.

Este relato nos muestra la ternura y el amor de Dios por aquellos que están en dificultades y necesitan guía y orientación.

Jesús deja a las noventa y nueve ovejas seguras y va en busca de la oveja perdida, mostrando su deseo de salvar a todos y de que ninguno se pierda.

Esta parábola tiene un mensaje profundo para nuestra vida espiritual. Nos invita a ser una Iglesia en salida, como lo recalca el Papa Francisco, y a abrir nuestros corazones a las dificultades y necesidades de los demás.

Debemos estar dispuestos a buscar y ayudar a aquellos que están perdidos y desorientados, brindándoles apoyo, orientación y mostrándoles el sentido de la vida en Cristo.

Celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe es una oportunidad para unirnos como comunidad de fe y reconocer la importancia de María como madre y protectora.

En ella encontramos un ejemplo de entrega, amor y compasión hacia los más necesitados.

Al unirnos a esta celebración, podemos renovar nuestra fe y comprometernos a seguir el ejemplo de María, acercándonos a aquellos que están en las periferias de la vida y llevándoles la esperanza y el amor de Cristo.

El pasaje evangélico de hoy nos invita a ser sensibles a las dificultades de los demás y a buscar a aquellos que están perdidos.

Celebremos a nuestra Señora de Guadalupe y pidámosle su intercesión para poder ser instrumentos de la ternura y el amor de Dios en el mundo.

Que tanto la parábola del pastor como el ejemplo de María nos inspiren a salir de nuestra comodidad y buscar a aquellos que necesitan encontrar el sentido de la vida en Cristo.