Mateo 18,12-14
En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta la figura del
pastor que se alegra al encontrar a la oveja perdida.
Este relato nos muestra la ternura y el amor de Dios por
aquellos que están en dificultades y necesitan guía y orientación.
Jesús deja a las noventa y nueve ovejas seguras y va en
busca de la oveja perdida, mostrando su deseo de salvar a todos y de que
ninguno se pierda.
Esta parábola tiene un mensaje profundo para nuestra vida
espiritual. Nos invita a ser una Iglesia en salida, como lo recalca el Papa
Francisco, y a abrir nuestros corazones a las dificultades y necesidades de los
demás.
Debemos estar dispuestos a buscar y ayudar a aquellos que
están perdidos y desorientados, brindándoles apoyo, orientación y mostrándoles
el sentido de la vida en Cristo.
Celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe es una oportunidad
para unirnos como comunidad de fe y reconocer la importancia de María como
madre y protectora.
En ella encontramos un ejemplo de entrega, amor y compasión
hacia los más necesitados.
Al unirnos a esta celebración, podemos renovar nuestra fe y
comprometernos a seguir el ejemplo de María, acercándonos a aquellos que están
en las periferias de la vida y llevándoles la esperanza y el amor de Cristo.
El pasaje evangélico de hoy nos invita a ser sensibles a las
dificultades de los demás y a buscar a aquellos que están perdidos.
Celebremos a nuestra Señora de Guadalupe y pidámosle su
intercesión para poder ser instrumentos de la ternura y el amor de Dios en el
mundo.
Que tanto la parábola del pastor como el ejemplo de María
nos inspiren a salir de nuestra comodidad y buscar a aquellos que necesitan
encontrar el sentido de la vida en Cristo.