San Lucas
20, 27-40
En el
Evangelio de hoy, vemos a algunos saduceos acercarse a Jesús con una pregunta
sobre el matrimonio en la vida futura. Los saduceos no creían en la
resurrección de los muertos, por lo que trataban de poner a prueba a Jesús para
desacreditar sus enseñanzas.
Los saduceos
le presentan a Jesús un caso hipotético de una mujer que se casó varias veces,
pero al final todos sus esposos murieron sin dejar descendencia. La pregunta
que le plantean es: "En la resurrección, ¿de quién será esposa esta
mujer?".
Jesús
responde sabiamente a los saduceos, explicándoles que en la vida futura no
habrá matrimonios ni relaciones conyugales como las conocemos en este mundo. El
nos dice: "Los que sean tenidos por dignos de alcanzar la vida futura,
serán como los ángeles; serán hijos de Dios y serán hijos de la
resurrección".
Esta
respuesta de Jesús nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la vida
eterna y la resurrección de los muertos. No podemos entenderlo completamente
con nuestras limitadas mentes humanas, pero podemos confiar en la promesa de
Dios de que tendremos una vida nueva y gloriosa en su presencia.
En este
pasaje del Evangelio, también podemos aprender de la valentía y el testimonio
de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir. Ella defendió valientemente
su fe cristiana frente a los filósofos y oradores paganos de su tiempo. Incluso
cuando fue sometida a torturas y finalmente ejecutada, no renunció a su fe en
Cristo.
Santa
Catalina nos muestra la importancia de ser firmes en nuestra fe, incluso cuando
enfrentamos desafíos y persecuciones. Ella nos enseña que vivir nuestra fe
auténticamente puede requerir sacrificio y valentía, pero Dios nos dará la
fortaleza necesaria para superar cualquier obstáculo.
En este día,
pidamos a Jesús que fortalezca nuestra fe y nos ayude a confiar en su promesa
de vida eterna. Que podamos vivir nuestras vidas aquí en la tierra de acuerdo
con sus enseñanzas, preparándonos para la vida futura en su presencia.
Que Santa
Catalina de Alejandría, virgen y mártir, nos inspire con su valentía y nos
acompañe en nuestro camino de fe. Amén.