Mateo 11,11-15
En este pasaje Jesús nos presenta la figura de Juan el
Bautista como un ejemplo a seguir en medio de una cultura que busca la
comodidad y el mínimo esfuerzo.
Juan, a diferencia de las expectativas de la sociedad de
aquel entonces, vivía de forma sencilla y austera, sin preocuparse por los
lujos y las comodidades materiales.
Jesús ensalza la importancia de Juan el Bautista,
reconociendo su papel fundamental en la predicación de la conversión y el
llamado al cambio.
Juan no se dejó llevar por la corriente de la facilidad,
sino que fue valiente y decidido en su misión de preparar el camino para la
llegada de Jesús.
En nuestra cultura actual, podemos sentir la presión de
buscar la gratificación instantánea y el camino más fácil hacia nuestras metas
y deseos.
Sin embargo, el llamado de Jesús a través de este pasaje es
claro: no debemos escatimar esfuerzos en nuestra jornada de conversión y
renovación espiritual.
Debemos ser consecuentes y estar dispuestos a enfrentar la
violencia contra nosotros mismos, superando la rutina, la comodidad, los vicios
y las pasiones que nos alejan de Dios.
En este tiempo de Adviento, es importante recordar el
ejemplo de Juan el Bautista y también mirar a figuras como San Juan de la Cruz,
un gran místico y poeta.
San Juan de la Cruz nos enseña la importancia de superar
nuestras propias limitaciones y entregarnos plenamente a Dios en nuestro camino
espiritual.
Sus escritos nos invitan a buscar la transformación interior
y a no conformarnos con la superficialidad y la mediocridad.
Que este pasaje nos inspire a ser valientes en nuestra
búsqueda de conversión y cambio, dispuestos a luchar contra las tendencias de
nuestra cultura y a entregarnos plenamente a Dios.
Que podamos estar dispuestos a no escatimar esfuerzos en
nuestro camino de Adviento, confiando en la fuerza de Dios que nos acompaña y
nos fortalece en todo momento.