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14 de diciembre

 

Mateo 11,11-15

En este pasaje Jesús nos presenta la figura de Juan el Bautista como un ejemplo a seguir en medio de una cultura que busca la comodidad y el mínimo esfuerzo.

Juan, a diferencia de las expectativas de la sociedad de aquel entonces, vivía de forma sencilla y austera, sin preocuparse por los lujos y las comodidades materiales.

Jesús ensalza la importancia de Juan el Bautista, reconociendo su papel fundamental en la predicación de la conversión y el llamado al cambio.

Juan no se dejó llevar por la corriente de la facilidad, sino que fue valiente y decidido en su misión de preparar el camino para la llegada de Jesús.

En nuestra cultura actual, podemos sentir la presión de buscar la gratificación instantánea y el camino más fácil hacia nuestras metas y deseos.

Sin embargo, el llamado de Jesús a través de este pasaje es claro: no debemos escatimar esfuerzos en nuestra jornada de conversión y renovación espiritual.

Debemos ser consecuentes y estar dispuestos a enfrentar la violencia contra nosotros mismos, superando la rutina, la comodidad, los vicios y las pasiones que nos alejan de Dios.

En este tiempo de Adviento, es importante recordar el ejemplo de Juan el Bautista y también mirar a figuras como San Juan de la Cruz, un gran místico y poeta.

San Juan de la Cruz nos enseña la importancia de superar nuestras propias limitaciones y entregarnos plenamente a Dios en nuestro camino espiritual.

Sus escritos nos invitan a buscar la transformación interior y a no conformarnos con la superficialidad y la mediocridad.

Que este pasaje nos inspire a ser valientes en nuestra búsqueda de conversión y cambio, dispuestos a luchar contra las tendencias de nuestra cultura y a entregarnos plenamente a Dios.

Que podamos estar dispuestos a no escatimar esfuerzos en nuestro camino de Adviento, confiando en la fuerza de Dios que nos acompaña y nos fortalece en todo momento.