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6 de noviembre

 

San Lucas 14, 12-14

Este pasaje nos presenta una enseñanza importante sobre la humildad y el servicio hacia los demás. En este pasaje, Jesús habla acerca del comportamiento que debemos tener al invitar a otros a compartir nuestra comida.

En primer lugar, Jesús nos insta a no buscar recompensas o beneficios al invitar a personas a nuestro hogar. Él nos dice que cuando hagamos una comida, no debemos invitar a nuestros amigos, hermanos, parientes o vecinos ricos, ya que ellos también nos invitarán a cambio y eso no sería un verdadero acto de generosidad. En cambio, Jesús nos anima a invitar a los pobres, los lisiados, los cojos y los ciegos. Estos son aquellos que no tienen la capacidad de invitarnos en respuesta, y por lo tanto, nuestra acción se basa únicamente en el deseo de servir y mostrar amor a quienes lo necesitan.

Esta reflexión nos lleva a considerar cómo nos relacionamos con los demás en nuestras vidas diarias. Muchas veces, tendemos a buscar amistades y relaciones que nos beneficien o nos den algún tipo de ventaja. Pero Jesús nos está llamando a ir más allá de eso y a buscar oportunidades para servir a los demás sin esperar nada a cambio.

La invitación de Jesús a invitar a los pobres y necesitados nos muestra el valor de la humildad y el desinterés. Nos recuerda que todos somos iguales ante Dios y que debemos tratar a todos con amor y respeto, sin importar su estatus social o circunstancias.

Esta enseñanza también nos desafía a examinar nuestras propias actitudes y comportamientos hacia los demás. ¿Estamos dispuestos a hacer sacrificios por el bienestar de los demás? ¿Estamos dispuestos a compartir lo que tenemos con aquellos que más lo necesitan? Jesús nos muestra que cuando actuamos con generosidad y servimos a los demás de manera desinteresada, estamos siguiendo su ejemplo y extendiendo su amor en el mundo.

Para concluir, este pasaje nos llama a practicar la humildad y el servicio hacia los demás, especialmente hacia aquellos que no pueden responder o devolver el favor. Nos invita a despojarnos de nuestros propios intereses y buscar oportunidades para amar y servir a los demás. Siguiendo el ejemplo de Jesús, podemos marcar una diferencia en las vidas de los demás y ser verdaderos discípulos de su amor.