San Lucas
12, 8-12
El Evangelio
del Señor nos invita a reconocerlo a Él delante de los demás y no de cualquier
manera, reconocerlo abiertamente delante de los hombres, Él nos asegura que si
nosotros lo hacemos, también Él nos va a reconocer delante de los ángeles de
Dios, en otro texto parece que Él nos va a reconocer delante del Padre
Celestial y también nos dice que pasa en el caso que no lo reconozcamos delante
de los hombres, no vamos a ser reconocido delante de los ángeles de Dios.
En alguna
parte del Evangelio Jesús dice – "Aléjense jamás los conocí “. Pero
Maestro si hemos comido y bebido contigo, hemos enseñado en tu nombre en las
plazas."
Es
fundamental esto que el Señor hoy nos pide, reconocerlo delante de los demás.
Es lo que en
estos años pasados la Iglesia en Latinoamérica nos invita a realizar cuando nos
dice que debemos ser además de discípulos del Señor, aprender de Él, de estar a sus pies como María, también ser
misioneros, testimoniar aquello que hemos visto y oído, "no podemos callar
lo que hemos visto y oído", no puede quedar encerrado; una lámpara no se
la enciende para que quede debajo de una cama, debajo de un cajón sino que es
puesta en lo alto para que ilumine a todos los que están en la casa.
De esta
misma manera nuestra fe debe ser una luz que brille delante de los hombres para
que ellos viendo nuestras buenas obras den gloria al Padre que esta en el
Cielo; por eso la invitación de esta Palabra en este día es a que no seamos
cristianos con miedo al que van a decir, que van a pensar y esto no es una invitación
a ser imprudente, pero el gran riesgo que tenemos los cristianos de este tiempo
es de que nuestra fe quede en la sacristía, cosa que muchos desean que así sea.
Nuestra fe
debe ser testimoniada con claridad y firmeza, con respeto siempre de los demás
pero nunca yendo a la violencia, nunca yendo a los malos modos, pero con mucha
claridad y gran transparencia de que nosotros creemos en Jesús y eso implica un
modo de ver la realidad, un modo de pensar y un modo de actuar muy concreto.
Que en este día podamos vivir intensamente nuestra fe testimoniándola siendo
misioneros en el ambiente donde el Señor nos ha puesto.