San Juan 14,6-14.
Hoy estamos compartiendo las fiestas de dos
apóstoles, de dos amigos de Jesús, de dos que han sido elegidos, mirados por el
Señor, que han sido invitados a seguir en el camino de Jesús, que son Felipe y
Santiago.
Vamos a
quedarnos con algunos episodios de la vida de Felipe, sobretodo hay un episodio
de la vida de Felipe que se nos cuenta en el Evangelio de Juan, donde Felipe
viene a decirle a su Natanael, hemos encontrado aquel de quien hablan las
Escrituras. “¿Quién es? es Jesús, el de Galilea” y donde Natanael le dice “Pero
puede salir algo bueno de Nazareth” hay una respuesta muy interesante de
Felipe, que dice “Ven y lo veras.
Como Felipe
hoy nos invita a nosotros a ser una experiencia de Jesús. Quizá lo hemos
escuchado, lo hemos dicho muchas veces, ser cristiano no es seguir una idea,
una costumbre o una moda, o ser diferentes digamos por ser diferentes, por ser
rebeldes entonces uno va a la Iglesia, ¡una cosa así NO! Ser cristiano es
encontrarme con la persona de Jesús, hacer una experiencia, entrar en una
experiencia de amistad, de familia, en una experiencia donde estoy invitado a
tener un trato muy cercano con Jesús. “Ven y lo veras”, esa es la invitación
que nos hace Felipe, Él que tuvo esa experiencia, Él compartió con Jesús la
vida y así pudo dar su vida por Jesús.
Y en el
Evangelio que hoy se elige para ayudarlos a meditar esta fiesta Felipe le dice
a Jesús “Muéstranos al Padre y eso nos basta” y Jesús le dice “Felipe, el que
me ve a Mí, ve al Padre”. Es decir, el que hace la experiencia del rostro de
Jesús, de poder mirar a Jesús, de dejarse mirar por Él, ese ahí tiene acceso al
misterio y al corazón de Dios.
Por eso te invito
a que podamos ir al encuentro de Jesús y ver que vale la pena ser amigos de Él.