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3 de mayo


 San Juan 14,6-14.

 Hoy estamos compartiendo las fiestas de dos apóstoles, de dos amigos de Jesús, de dos que han sido elegidos, mirados por el Señor, que han sido invitados a seguir en el camino de Jesús, que son Felipe y Santiago.

Vamos a quedarnos con algunos episodios de la vida de Felipe, sobretodo hay un episodio de la vida de Felipe que se nos cuenta en el Evangelio de Juan, donde Felipe viene a decirle a su Natanael, hemos  encontrado aquel de quien hablan las Escrituras. “¿Quién es? es Jesús, el de Galilea” y donde Natanael le dice “Pero puede salir algo bueno de Nazareth” hay una respuesta muy interesante de Felipe, que dice “Ven y lo veras.

Como Felipe hoy nos invita a nosotros a ser una experiencia de Jesús. Quizá lo hemos escuchado, lo hemos dicho muchas veces, ser cristiano no es seguir una idea, una costumbre o una moda, o ser diferentes digamos por ser diferentes, por ser rebeldes entonces uno va a la Iglesia, ¡una cosa así NO! Ser cristiano es encontrarme con la persona de Jesús, hacer una experiencia, entrar en una experiencia de amistad, de familia, en una experiencia donde estoy invitado a tener un trato muy cercano con Jesús. “Ven y lo veras”, esa es la invitación que nos hace Felipe, Él que tuvo esa experiencia, Él compartió con Jesús la vida y así pudo dar su vida por Jesús.

Y en el Evangelio que hoy se elige para ayudarlos a meditar esta fiesta Felipe le dice a Jesús “Muéstranos al Padre y eso nos basta” y Jesús le dice “Felipe, el que me ve a Mí, ve al Padre”. Es decir, el que hace la experiencia del rostro de Jesús, de poder mirar a Jesús, de dejarse mirar por Él, ese ahí tiene acceso al misterio y al corazón de Dios.

Por eso te invito a que podamos ir al encuentro de Jesús y ver que vale la pena ser amigos de Él.