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31 de marzo


 San Juan 10,31-42

Estamos a acercándonos a la semana santa, los textos de la liturgia nos predisponen a este clima que vivió Jesús tan intenso de constantes peleas, con muchos, no con todos, pero sí con muchos de los judíos que lo acompañaban.

 El texto de hoy justamente nos presenta una de estas discusiones “siendo hombre te haces Dios” le achacan a Jesús, frente a la pregunta de Jesús “¿por cuáles de las obras que hago me quieren apedrear?” le querían tirar piedras a Jesús, y Jesús siempre hace referencia a Su Padre; en éste caso no se queda callado y les pregunta: “¿por cuál de todas estas obras me quieren tirar piedras?” y ellos le dicen bien claro cuál es el tema: el tema de la identidad, querer hacerse Dios, hacerse pasar por Dios, esto no entra en la mentalidad de los judíos.

La pregunta es si entra en nuestro corazón, en nuestra cabeza reconocerlo a Jesús como verdadero Dios y hombre, porque esto implica no sólo el dogma sino más bien lo profundo si creemos en Dios, si tenemos fe.

 El evangelio de hoy hace referencia a eso: a creer en Dios. “Las obras de mi Padre” las obras que viene a hacer Jesús que son las obras del Padre nos hacen crecer en la fe “reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Vale decir que todas las actividades, todas las obras, todo lo que dice Jesús hace siempre referencia al Padre.

El texto del evangelio termina diciendo “muchos creyeron en Él”, de eso se trata. ¿Cómo está nuestra fe en este tiempo de cuaresma? ¿la hemos hecho crecer con la gracia de Dios? ¿nos hemos dedicado realmente a las obras de caridad? ¿lo conocemos un poco más a Jesús? ¿o estamos como estos judíos que le quieren tirar piedras? Dudamos a veces, muchas veces puede pasar que dudemos y está bien si esta duda nos lleva a preguntarnos por quién es Éste, este es Jesús, a dónde nos lleva, qué está pasando en nuestra vida, cómo estoy caminando hoy, qué proyecto tiene Dios para mí, ese tipo de dudas son buenas, preguntarse, quien nunca se cuestiona nada eso tampoco es un buen síntoma. Ahora si uno está permanentemente dudando y desconfiando de todo tampoco es un buen signo.

pidámosle al Señor entonces en este viernes que nos regale la Gracia de tener un corazón creyente, un corazón que con humildad sepa repasar toda la historia personal, que sepa ver cómo Dios fue obrando paso a paso en nuestras vidas y nos sigue aún hoy en el presente regalando Su gracia para construir Su Reino y seguirlo con todas las fuerzas.