San Lucas 1,39-45
En el
evangelio de hoy, el texto habla de María, que sale de prisa a la casa de su
prima Santa Isabel. Va para anunciarle la alegría del evangelio, la buena
noticia que está en su corazón y en su vientre. Va a compartir la buena noticia
que, en medio de su vejez y esterilidad, Isabel es madre, Zacarías es padre.
El evangelio
de Jesucristo que convoca y reúne para generar está experiencia interior única,
de paz, de gozo y de alegría.
Sorpresa, es
la palabra común que identifica la
experiencia de Isabel, Zacarías y María, también en el tiempo será la de José.
Dios, que los elige para preparar el camino
a la llegada de su hijo.. Jesús se encarna en el seno de María y en el
corazón de ella igual que en el de José, como padre adoptivo.
Sorpresa,
alegría y gozo: Son los valores que están en juego entorno a este evangelio,
este evangelio icono de la Iglesia que el papa Francisco nos invita a vivir en
este tiempo. Una iglesia que se tiene que animar a dejarse primerear por Dios,
quiere decir dejarse sorprender por Dios.
Una iglesia
que sea capaz de gozarse en el modo como Dios la saca, de la lógica a la que
pertenece el evangelio, de la que ellos viven, que supera toda posibilidad de
comprender sino solamente de decir Amén, que así sea y caminar.
La novedad
está en el camino a recorrer, son tiempos difíciles los que estamos viviendo
como para detenernos.
No se hace
tan fácil y tan sencillo caminar, pero es tiempo de caminar y estos cuatro
personajes y la presencia de Dios en medio de ellos nos invitan a eso,
justamente a no demorarnos y a dejarnos sorprender por Dios.