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21 de diciembre


 San Lucas 1,39-45

En el evangelio de hoy, el texto habla de María, que sale de prisa a la casa de su prima Santa Isabel. Va para anunciarle la alegría del evangelio, la buena noticia que está en su corazón y en su vientre. Va a compartir la buena noticia que, en medio de su vejez y esterilidad, Isabel es madre, Zacarías es padre.

El evangelio de Jesucristo que convoca y reúne para generar está experiencia interior única, de paz, de gozo y de alegría.

Sorpresa, es la  palabra común que identifica la experiencia de Isabel, Zacarías y María, también en el tiempo será la de José. Dios, que los elige para preparar el camino  a la llegada de su hijo.. Jesús se encarna en el seno de María y en el corazón de ella igual que en el de José, como padre adoptivo.

Sorpresa, alegría y gozo: Son los valores que están en juego entorno a este evangelio, este evangelio icono de la Iglesia que el papa Francisco nos invita a vivir en este tiempo. Una iglesia que se tiene que animar a dejarse primerear por Dios, quiere decir dejarse sorprender por Dios.

Una iglesia que sea capaz de gozarse en el modo como Dios la saca, de la lógica a la que pertenece el evangelio, de la que ellos viven, que supera toda posibilidad de comprender sino solamente de decir Amén, que así sea y caminar.

La novedad está en el camino a recorrer, son tiempos difíciles los que estamos viviendo como para detenernos.

No se hace tan fácil y tan sencillo caminar, pero es tiempo de caminar y estos cuatro personajes y la presencia de Dios en medio de ellos nos invitan a eso, justamente a no demorarnos y a dejarnos sorprender por Dios.