Páginas

20 de diciembre


San Lucas 1,26-38

María en el Evangelio de San Lucas es la Mujer de la oración, de la contemplación, de la respuesta activa a Dios y del compromiso, es una mujer comprometida con el dolor y el sufrimiento de su pueblo, y también ella aparece orando después de la muerte y resurrección de Jesús, acompañando a los discípulos a la espera del Espíritu Santo y también ha vivido muy de cerca los dolores más hondos que el pueblo de Israel tiene instalado en su historia, en lo más profundo del corazón como es el exilio, después que el niño ha nacido  Herodes  busca terminar con aquel que amenaza su reinado, María con José parten hacia Egipto, exiliados de su propia tierra para escapar de la muerte.

Se anuncia la venida de Jesús como Señor y Salvador, en la llamada a María, aparece la vocación, para que entregue su vida toda al servicio de la misión de este Hijo de Dios. La vocación no se entiende sino en función de lo que es una misión, la vocación nunca es para si mismo, ocurre en uno, pero es para una misión específica, está orientada a los demás, la vocación de María de ser Madre es de estar al servicio del Hijo de Dios.

Las palabras del ángel están llenas de gozo, “Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo”. Se acerca un tiempo para la humanidad, Dios que viene a poner en orden las cosas, lo que se acaba es un mundo de tristeza, de angustia, de sin sentido, un mundo marcado por la depresión, el agobio.

El ángel Gabriel también está presente con nosotros hoy para compartir este anuncio del gozo y de la alegría.