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9 de abril

 

San Juan 11,45-56

Estamos en el día previo de comenzar la semana Santa, la fiesta de entrada triunfante de Jesús a Jerusalén.

Y vemos como en el evangelio se termina de resolver la tensión y el conflicto entre Jesús, los sacerdotes y las autoridades judías, decretando el deseo de la muerte de Jesús.

Como el signo de la resurrección de Lázaro, un signo tan fuerte y tan claro termina siendo para algunos la posibilidad de creer en Jesús, pero, para otros termina siendo la frutilla del postre, de resolver rechazar a Jesús y querer eliminarlo.

Los signos de Jesús producen eso en nosotros, nos invita a la respuesta personal. O creemos en Él y le abrimos las puertas del corazón o buscamos la manera de sacarlo de nuestra vida, de matar la gracia, de matar el don.

Que en esta semana Santa que ya estamos por comenzar podamos decirle que ¡Sí al Señor! Abrirles las puertas de nuestro corazón, de nuestras familias y experimentar está alegría nueva que nos trae la Pascua.