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8 de agosto

 


Mateo 15, 1-2. 10-14

San Mateo nos presenta hoy un pasaje que muestra la fuerte controversia del Maestro con los escribas y fariseos. El evangelista explicita claramente que los escribas y fariseos que cuestionan a Jesús vienen de Jerusalén, por lo tanto, nos está diciendo que se trata de una comisión especial como de inspección hacia Jesús por parte de las autoridades judías que han decidido rechazar al Señor.

La discusión se plantea porque Jesús quebranta las tradiciones de los antepasados; en efecto los fariseos les daban mucha importancia a las tradiciones humanas inventadas por ellos mismos, por sus antepasados, equiparándolas a la misma Sagrada Escritura.

 Para el Señor esto no es correcto, las tradiciones humanas no pueden estar por sobre la Palabra de Dios; la Escritura dice que la verdadera santidad está en el corazón y no en los labios, o sea, en lo exterior; la pureza no se define por las cosas exteriores que entran en la persona, o por las cosas que se tocan (como si fuera algo mágico), la pureza y santidad se define por el corazón de la persona. Hay que comprender que para la Biblia el corazón es mucho más amplio de lo que nosotros entendemos hoy, el corazón es la sede más profunda de la persona, sede de recuerdos, pensamientos, sentimientos, razonamientos y proyectos, el corazón designa la personalidad consciente inteligente y libre de la persona.

 

Y hoy celebramos Santo Domingo de Guzmán que fue un hombre emprendedor, predicador infatigable, fundador y organizador de la Orden de Predicadores. Fue un hombre sencillo con una profunda vida interior, de gran ecuanimidad y compasivo.

 

Domingo de Guzmán dejó un testamento de paz, como herederos de lo que fue la pasión de su vida: vivir con Cristo y aprender de Él la vida apostólica. Configurarse con Cristo, esa fue la santidad de Domingo: su ardiente deseo de que la Luz de Cristo brillara para todos los hombres, su compasión por un mundo sufriente llamado a nacer a su verdadera vida, su celo en servir a una Iglesia que ensanchara su tienda hasta alcanzar las dimensiones del mundo.