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19 de septiembre


San Lucas 7, 11-17

Jesús no deja de Caminar, de Callejear, llevando Vida, anunciando el Reino, es así como llega a la ciudad de Naim, como nos relata en este día La Palabra.

Llegando a la ciudad, se encuentra con un cortejo fúnebre, que llevan a enterrar a un joven, hijo de una mujer viuda, al verla Jesús se conmovió y acercándose le dijo: no llores, para luego sin que nadie se lo pidiera, devolverle la vida al joven.

Jesús detiene su caminar, y acercándose  y viendo lo que pasaba, se conmueve, dice la Palabra, es decir, siente y sufre lo que esta mujer viuda está viviendo y sufriendo, se acerca, le habla, y luego obra, toca el féretro, ordena que se levante, devuelve la Vida…

El Dios de la Vida, se detiene, se conmueve, se acerca, toca la muerte, las situaciones de muerte y devuelve Vida, Siempre. Se sigue deteniendo ante el peregrinar de tu vida, también a nosotros nos trae Vida y nos la devuelve, también a nosotros nos dice “no Llores”, también a ti te toca y te ordena,  yo te lo ordeno, Levántate!

Sí, El Señor puede  dar Vida, a aquello que es muerte, que nos paraliza, que no nos deja expresarnos, y que hace llorar y sufrir muchas veces a nuestros seres queridos. ¡Que Bueno! Levántate porque el Señor siempre se detiene ante tu vida y conmoviéndose, te toca, te pone de pie, te libera y te devuelve la Palabra, te devuelve la vida.

Cuánto, por otra parte, tenemos que seguir aprendiendo de Jesús…ante tantos dolores, sufrimientos, muertes, también nosotros, detenernos, conmovernos, acercarnos, llevar Vida, llevar a Jesús…

Cuantas Madres llorando y cuantos hijos jóvenes en situación de muerte, sin poder levantarse, sin poder ponerse de pie, cuantos que necesitamos o necesitan que vos o que yo, que seamos presencia del Dios de la vida, que tocando, que acompañando devolvamos vida.

Señor Jesús, que siempre pueda levantarme en Tí, que reconociendo y creyendo que nos das siempre Vida en abundancia, pueda acompañar el camino de mis hermanos, compartiendo tu Vida