San Mateo 18, 15-20
La Fe nos es algo individual, la fe es esencialmente
comunitaria. Nadie debería tener una fe aislada ni solitaria. Porque la fe nos
hace salir de nosotros mismos hacía Dios y hacia los demás. Por eso es muy importante
que veamos si nuestra fe tiende a hacía afuera, hacia los demás.
La Fe siempre nos hace preocuparnos por los demás, siempre
nos lleva a tener muy presente la vida de nuestros hermanos de camino. Por eso
muy natural de los que tienen fe que tengan una sensibilidad especial de
atención sobre los que están a su lado.
Porque seguramente si descuidamos esa dimensión de la fe
comunitaria vienen los problemas y dificultades. Porque seguramente si dentro
de nuestras comunidades hay hermanos o hermanas que andan por mal camino es
porque están siendo descuidados y desatendidos por parte de los demás.
En el Evangelio de Hoy Jesús nos enseña que las atenciones
que se deben brindar en nuestras comunidades son muy importantes. Es por eso
que al principio alienta a la importancia de la corrección fraterna y después
de hacernos ver que cuando somos unidos podemos alcanzar cualquier cosa que nos
propongamos. “Les aseguro que si dos de ustedes llegan a un acuerdo para pedir
algo mi Padre se los concederá”.
En el día de hoy nos preguntemos como están mis hermanos y
hermanas, ¿Cómo están los que viven al lado mío? ¿Cuándo fue la última vez que
dialogue seriamente con algunos de ellos? ¿me descuide de alguno? Capaz uno de
los gestos que podríamos hacer hoy es acercarme a esa persona con la que hace
mucho no dialogo y prestarle más atención. Dialoguemos más, Prestémonos más
atención, como decía el Papa Francisco “no le tengamos miedo a la ternura”. No
tengamos miedo a ser más cercanos y fraternos. Valoremos los detalles entre
nosotros.
Pensemos y recreemos los vínculos en nuestras comunidades de
tal manera que nadie quede afuera ni descuidado. Estaría bueno pedirle eso
también al Señor en este día, pedirle juntos “Señor que sepamos cuidarnos los
unos a los otros…” pedirle al Señor la creatividad para sostener nuestras
comunidades, la gracia de salvar a los hermanos.