Páginas

25 de mayo


 

San Juan 17,20-26

Vaya que Jesús nos ama verdadera y realmente somos importante para Él. Y esta oración que Jesús realiza en Juan 17 que hemos escuchado en estos días así lo dice.

Había escuchado que orar por una persona es amarla. Y esto es verdad, nos animamos a rezar por alguien cuando está en nuestro corazón porque es importante para nosotros. Y Jesús oro por nosotros y lo sigue haciendo. Ha hecho mucho por nosotros y lo seguirá haciendo.

Y para manifestar que somos conscientes de este gran amor de Jesús tenemos que manifestarlo cumpliendo sus mandamientos, su palabra… pero muy sobre todo estando unidos a Dios y estando unidos entre nosotros

En esta parte de la oración sacerdotal de Jesús, como se conoce a Juan 17, manifiesta su intención más grande para nosotros “Que todos sean uno, como tú Padre, estás en mí y yo en ti”. Quien es consciente del amor de Cristo, quien realmente es su discípulo y lo sigue, lo primero que tiene en su corazón es el trabajar por la unidad y no la división.

 Un verdadero cristiano se lo conoce por esto, en que ser una persona de unidad y no de diferencias ni división, es un ser de paz, de comunión. Si uno dice que cree en Jesús, pero es una persona que discrimina y rechaza en su corazón a otras personas es porque realmente no cumple con lo que Cristo quiere.

 Sería una pena muy grande que cada uno de nosotros seamos personas que no cumplen con esto principal de Jesús. Miremos nuestras vidas y pensemos si cumplimos con lo que Cristo quiere… de tal manera que si lo cumplimos estaremos dando un hermoso testimonio ante el mundo del amor de Dios en nosotros para ellos.

 Más allá de que sea muy difícil muchas veces que en nuestro corazón haya una herida por diferentes causas hacia una persona o varias, le pidamos la gracia a Jesús de perdonar y rezar por ellas. Así estemos en paz y cumplamos con lo que Jesús quiere.

Que hoy entonces se cumpla en nosotros lo que Jesús quiere en su oración.