San Juan 17,20-26
Vaya que Jesús nos ama verdadera y realmente somos
importante para Él. Y esta oración que Jesús realiza en Juan 17 que hemos
escuchado en estos días así lo dice.
Había escuchado que orar por una persona es amarla. Y esto
es verdad, nos animamos a rezar por alguien cuando está en nuestro corazón
porque es importante para nosotros. Y Jesús oro por nosotros y lo sigue
haciendo. Ha hecho mucho por nosotros y lo seguirá haciendo.
Y para manifestar que somos conscientes de este gran amor de
Jesús tenemos que manifestarlo cumpliendo sus mandamientos, su palabra… pero
muy sobre todo estando unidos a Dios y estando unidos entre nosotros
En esta parte de la oración sacerdotal de Jesús, como se
conoce a Juan 17, manifiesta su intención más grande para nosotros “Que todos
sean uno, como tú Padre, estás en mí y yo en ti”. Quien es consciente del amor
de Cristo, quien realmente es su discípulo y lo sigue, lo primero que tiene en
su corazón es el trabajar por la unidad y no la división.
Un verdadero
cristiano se lo conoce por esto, en que ser una persona de unidad y no de
diferencias ni división, es un ser de paz, de comunión. Si uno dice que cree en
Jesús, pero es una persona que discrimina y rechaza en su corazón a otras
personas es porque realmente no cumple con lo que Cristo quiere.
Sería una pena muy
grande que cada uno de nosotros seamos personas que no cumplen con esto
principal de Jesús. Miremos nuestras vidas y pensemos si cumplimos con lo que
Cristo quiere… de tal manera que si lo cumplimos estaremos dando un hermoso
testimonio ante el mundo del amor de Dios en nosotros para ellos.
Más allá de que sea
muy difícil muchas veces que en nuestro corazón haya una herida por diferentes
causas hacia una persona o varias, le pidamos la gracia a Jesús de perdonar y
rezar por ellas. Así estemos en paz y cumplamos con lo que Jesús quiere.
Que hoy entonces se cumpla en nosotros lo que Jesús quiere
en su oración.