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18 de mayo

San Juan 16,16-20

Jesús en el Evangelio de hoy nos invita a saber que la Fe en Él realmente consiste en saber su presencia está siempre con nosotros a pesar de que físicamente no lo veamos. A Jesús no lo vemos físicamente, lo podemos ver sólo con los ojos de la fe. Y llegar a madurar eso es un motivo de gran alegría, porque sabemos que no estamos solos, Jesús está conmigo, Jesús está con todos, Jesús está.

Cuando estamos tan acostumbrados a lo tangible o a lo físico nunca vamos a comprender. La presencia o el estar presente no se limita sólo a lo físico. Si nos limitamos a saber que la única forma de presencia es la física o material de seguro que viviremos angustiados y tristes. Y la verdad que me llama mucho la atención que muchos de los cristianos no maduran en esta verdad, siempre se limitan a lo físico, y cuando hay que hablar o dar testimonio de la esperanza no lo hacen porque los ojos no trascienden.

“Dentro de poco me volverán a ver” Vemos al Señor con los ojos de la fe. Jesús está con nosotros en todo momento, nunca estamos solos. Y el día que comprendamos de corazón esta verdad de fe, de seguro, como dice Jesús, “nuestra tristeza se convertirá en gozo”. Y esa presencia permanente de Jesús tenemos que llevarla a todos con alegría.

Que Jesús nos de la gracia de ser discípulos convencidos de su presencia entre nosotros y que la manifestemos con mucha, con mucha alegría a todos para convertir las tristezas en gozo. Esa será nuestra tarea del día de hoy, convertir las tristezas en gozos