San Juan 16,16-20
Jesús en el Evangelio de hoy nos invita a saber que la Fe en
Él realmente consiste en saber su presencia está siempre con nosotros a pesar
de que físicamente no lo veamos. A Jesús no lo vemos físicamente, lo podemos
ver sólo con los ojos de la fe. Y llegar a madurar eso es un motivo de gran
alegría, porque sabemos que no estamos solos, Jesús está conmigo, Jesús está
con todos, Jesús está.
Cuando estamos tan acostumbrados a lo tangible o a lo físico
nunca vamos a comprender. La presencia o el estar presente no se limita sólo a
lo físico. Si nos limitamos a saber que la única forma de presencia es la
física o material de seguro que viviremos angustiados y tristes. Y la verdad
que me llama mucho la atención que muchos de los cristianos no maduran en esta
verdad, siempre se limitan a lo físico, y cuando hay que hablar o dar
testimonio de la esperanza no lo hacen porque los ojos no trascienden.
“Dentro de poco me volverán a ver” Vemos al Señor con los
ojos de la fe. Jesús está con nosotros en todo momento, nunca estamos solos. Y
el día que comprendamos de corazón esta verdad de fe, de seguro, como dice
Jesús, “nuestra tristeza se convertirá en gozo”. Y esa presencia permanente de
Jesús tenemos que llevarla a todos con alegría.
Que Jesús nos de la gracia de ser discípulos convencidos de
su presencia entre nosotros y que la manifestemos con mucha, con mucha alegría
a todos para convertir las tristezas en gozo. Esa será nuestra tarea del día de
hoy, convertir las tristezas en gozos