San Marco 3,
7-12
Puede que
todos nos sintamos a veces un poco abrumados por el trabajo, las expectativas y
las personas de nuestra vida.
Cuando las
tres cosas se combinan, buscamos formas de aliviar el estrés, tal vez un
descanso para dar un paseo al aire libre.
En eso pensé cuando leí el Evangelio de hoy: Cómo Jesús se retiró al mar e hizo que los apóstoles prepararan una barca.
Todas aquellas multitudes debían de ser abrumadoras, y Jesús seguía predicando, curando y atendiendo a los que venían a verle. Necesitaba espacio para hacer su trabajo, y continuó haciéndolo. Se centró en la gente que le rodeaba.
Lo que saco
de las lecturas es renovar mis esfuerzos para llevar a cabo mi trabajo lo mejor
que pueda, y recordar que debo cuidar de los que me rodean, también cuidándome
a mi mismo. "El amor debe
manifestarse con hechos más que con palabras". Jesús lo hizo por nosotros.
¿Cómo puedo mostrar hoy mi amor con hechos?
¿Cómo puedo encontrar a Dios en todas las
cosas, tanto a pequeña como a gran escala? El amor que se demuestra con hechos
puede extenderse silenciosamente por mi vida y por el mundo.
Piensa en cómo alguien te mostró amor en un
pequeño acto de bondad o ayuda y cómo ese amor floreció dentro de ti.
Si me baso
en pequeños actos de amor, las acciones cotidianas de hacer un buen trabajo,
ser considerado con los demás, echar una mano cuando es conveniente y cuando no
lo es, dar a alguien la gracia u otra oportunidad.
Esto puedo
hacerlo hoy y todos los días. Mi oración de hoy es que practique mostrar amor
con hechos, grandes y pequeños, en mi trabajo y con mi familia y amigos.