San Lucas 21, 12-19
No hay dudas que en la vida siempre tenemos pruebas y
dificultades que son tan fuertes que nos quieren voltear, derrumbar, tirar para
abajo, hacernos flaquear, bajar los brazos… todos los tenemos, ninguno se escapa
de estas experiencias.
Pero tampoco hay dudas de que pesar de las dificultades de
la vida Dios siempre está, Dios siempre está ahí al lado nuestro. Dios está ahí
acompañándonos, Dios está ahí sosteniéndonos, Dios está ahí asistiéndonos, Dios
está. Es en esos momentos sobre todo en donde tenemos que tener confianza, es
en esos momentos donde tenemos que mirar al Señor y abrazarlo, es en esos
momentos donde tenemos que fortalecer nuestra fe y no flaquear.
En los momentos difíciles tenemos que creer más. Creer en la
certeza de su palabra que nos dice “ni siquiera un cabello sé les caerá de la
cabeza” porque él nos cuida.
Pidamos en el día de hoy la gracias de saber ver que Dios siempre
está al lado nuestro, sobre todo en los momentos más difíciles. Pidamos
constancia y perseverancia en la fe y confianza en Dios.
Estamos en esta semana donde está terminando el año
litúrgico y donde también nos va presentando la palabra de Dios algunos temas
que van profundizando aquello que fueron trayendo los evangelios y los textos
Sagrados de los días anteriores del tema del fin último, al tema del encuentro
definitivo del Padre, al tema del reino definitivo y Jesús acá dice que antes,
va a quedar un poco claro, que, solo si somos constantes en el seguimiento del
Señor podremos salvar nuestras vidas.
Esa constancia significa, convertirnos día a día. Significa
también darle a Jesús el lugar que le corresponde. Y significa saber que a
veces tendremos contradicciones, contrariedades, tendremos personas, grupos que
a veces no van a entender, incluso muchas veces nos van a criticar y hasta a
veces perseguir, dice Jesús, pero gracias a la constancia de la fe de ustedes
salvarán sus vidas.