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2 de septiembre


 San Lucas 5,33-39

Que hermoso mensaje nos trae el Evangelio en este día: "el vino nuevo se ha de echar en odres nuevos". Se entiende aquí, que el vino nuevo es el mensaje de Jesús, y como nos recuerda la Sagrada Escritura, ese mensaje es siempre actual y nuevo.

Ahora bien…quiénes son los odres nuevos? Es decir, quienes recibirán el vino nuevo, el mensaje de Jesús… Somos cada uno de nosotros, todo el pueblo de Dios, la Iglesia entera. Es por eso que aquí cabe la pregunta… ¿Cómo soy como odre? O dicho de otra manera… ¿Cómo soy como cristiano? ¿Soy odre viejo o soy odre nuevo?

Está bien claro que la Palabra de hoy y en esto es irrefutable –  que nuestra forma de ser cristianos ha de ser como odres nuevos en el mundo. Y esto tiene que ver con nuestra disponibilidad y nuestra apertura a las palabras de Jesús para que ellas se hagan carne en nuestra vida.

 Si quiero ser odre nuevo debo comprender que el mensaje de Jesús debe estar prendido a mi corazón, para que de esta manera, con toda mi vida, con mi actuar, con mis palabras, ser un puente donde la Palabra de Dios sea recibida por aquellos que me rodean y donde la Palabra pueda cumplir su misión, es decir, liberar y no oprimir.