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26 de septiembre


 San Lucas 9, 46-50

El Evangelio nos trae dos enseñanzas sencillas, luminosas, en el día de hoy. En primer lugar una pregunta de parte de los discípulos, quién es el más importante; y esto, un poco refleja lo que a veces se da, no sólo en los discípulos de Jesús, también en el común de las personas, un cierto anhelo de figuración, una cierta ansia de poder. Cuál es la respuesta de Jesús, cuál es la propuesta ante esto de quién es el más importante, pues aquel que sabe hacerse pequeño, aquel que sabe ir al último lugar, desafío grande.

La otra enseñanza, a propósito de que los discípulos habían visto a algunos que expulsaban demonios, que lo hacían en nombre de Jesús, pero no estaban con ellos, entonces ellos le dicen a Jesús “hemos tratado de impedírselo”. Esto me parece que plantea el desafío de saber hacer espacio a los demás. El Papa Juan Pablo II escribía esa carta importante al comienzo del nuevo milenio, “Novo Millennio Ineunte”, una suerte de testamento pastoral, al hablar de espiritualidad que debe animar la acción pastoral, el Papa decía que hay que estar atento y evitar rivalidades y celos. Se ve que el Papa consideraba que esto era importante destacarlo porque constituían obstáculos grandes para la obra de la Evangelización.

Jesús les dice a los discípulos que no se lo impidan, y esto hace pensar que el nombre de Jesús es realmente grande y nadie lo puede encerrar, nadie se puede apropiar de el. Por otro lado, invocar el nombre de Jesús es ya hacer una opción por Él, entonces estos exorcistas que desempeñaban su función en nombre de Jesús, aunque no eran de los que seguían a Jesús, ya estaban haciendo una opción por Él. Jesús dice que el que ha optado por Él, no puede obrar después de una manera contraria a su enseñanza, sino que el que ha optado por Jesús trata de obrar de acuerdo a Él.

Esto es una invitación para todos nosotros a ser coherentes, por supuesto, pero también a saber reconocer la bondad de otros, aunque no estén cerca nuestro, aunque no sean de nuestro grupo, a hacerles espacio y sumar, porque lo que importa, en definitiva, es que Jesús sea el que se conozca, que su Nombre sea invocado, que en su Nombre se hagan obras buenas

Finalmente hoy celebramos a los Santos  Cosme y Damián. Estos dos santos han sido, junto con San Lucas, los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman "los no cobradores", porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres. Lo único que les pedían era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su Evangelio.