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14 de julio


 San Mateo 11, 28-30

Mientras peregrinamos hacia Belén, entrenando y preparando el corazón para el encuentro con el Salvador, nos topamos con realidades que nos entristecen, desgastan, y nos angustian, ¿Cómo mirar y discernir con fe esta realidad que en casi todo el país estamos viviendo: Reclamo de un sueldo digno, alza del combustible, ¿miedo, corrupción, delincuencia?

La Palabra hoy providencialmente nos llama en Jesús, a ir hacia Él, a poner nuestro corazón y vida en Jesús, para en Él, encontrar alivio, respuesta, descanso; para aprender de Él y responder también como Jesús, con un corazón Humilde y sencillo.

Que Bueno que el Señor hoy nos llame a ir a su encuentro, no para aislarnos, sino para que aliviados en Él y escuchando su corazón, podamos responder a la realidad que nos rodea.

Si bien la respuesta completa a lo que estamos viviendo es compleja, creo que Jesús hoy abrazándonos nos escucharía y repetiría al oído: Felices los pacientes, los que trabajan por la paz, felices los humildes y compasivos. Felices los que tienen hambre y sed de Justicia carguen sobre ustedes mi yugo.

Dios nos regale un corazón que se parezca cada día más al de Jesús, que viviendo su vida, pueda salir al encuentro del que esta agobiado, aliviándolo. Para seguir construyendo una nación en la dignidad y el respeto.

Señor Jesús que podamos ir a Ti  con nuestros cansancios y culpas, con nuestros dolores y debilidades y también en Ti, recobrar fuerzas, ánimo, gracia, para seguir saliendo al encuentro del hermano necesitado, cansado, agobiado, queriendo dar una mano y transformar.