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19 de abril

SAN JUAN 20,11-18

En Este martes de Pascua, estamos celebrando la resurrección de nuestro Señor, el que muriendo destruyo nuestra muerte y resucitando restauro nuestra vida. Es la aparición de Jesús a María Magdalena y esa famosa frase que habremos escuchado como susurro en nuestros oídos: “¿Por qué lloras? si el que creías muerto está vivo, ha resucitado”

Cuantas veces Jesús nos habrá preguntado: “¿Por qué estas triste? ¿Por qué estas desconsolado? ¿Por qué te amargas la vida? ¿Por qué te sientes solo? ¿Por qué experimentas que nadie te quiere? ¿Por qué en el fondo te sientes como el último? ¿Por qué lloras, si yo estoy contigo?

Que este martes de Pascua podamos celebrar o continuar el festejo de que nuestro Dios, no es un Dios de muertos, sino de vivos. No es un Dios de tristes, sino de alegres. No es un Dios de violentos, sino de pacíficos. No es un Dios de odio y de rencor, sino que es un Dios de amor y de reconciliación, un Dios de reencuentro, un Dios de integración, un Dios de inclusión.