San Lucas 12, 35, 38
Este evangelio nos habla de que, debemos estar preparados, o
de no andar improvisando. Podemos caer
en una sociedad del placer inmediato y el éxito de lo efímero, nos vamos
contagiando de la urgencia de lo inmediato, que desvirtúan nuestra perspectiva.
¿Que quiere Jesús? Jesús quiere que nuestras miradas tengan
mayor alcance. Que nuestra vida se oriente con un sentido más pleno.
Y por eso que orientemos la atención, hacia algo grande; Que
El vendrá. Y es hacia ese encuentro que caminamos, por eso nos dice:
Estén preparados, ceñid a las vestiduras y con las lámparas
encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor que fue a
una boda para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. Felices los servidores
a quienes el Señor encuentre velando a su llegada.
La vida cristiana, nuestra Fe es una forma de vida, y por lo
tanto estamos llamados a descubrir, que el sí grande que le tenemos que dar a
Dios cuando se nos pida, es la suma de muchos pequeños si, de muchas pequeñas
fidelidades, de muchas pequeñas o grandes renuncias; de muchas pequeñas
actitudes de tener abierto el corazón a Dios y a los hermanos en la vida de
todo los días. Para que cuando nos llegue el turno podamos decir como dice el salmo
39: Aquí estoy Señor, para hacer Tú voluntad.
Por eso, estar prevenidos y para estar prevenidos tenemos
que rezar incesantemente como dice el mismo evangelio de San Lucas en el cap.
21. Porque así vamos a poder comparecer seguros ante el Hijo del Hombre. No va
a ser un juicio en el sentido humano, sino que va a ser precisamente la lógica
consecuencia de dar ese paso de esta vida a la Vida con mayúscula y que va a
implicar precisamente el acto seguido de lo que hemos sido aquí en esta vida
para ser en la vida eterna, elegimos nosotros.
Por eso, seamos fieles, estemos preparados, no seamos
improvisados y mantengamos la calidad de la Fe, que crezca día a día para
decirle siempre que Si a Dios, que aquí estamos para hacer Tú voluntad.