San Mateo,
12, 46-50
Las
distintas advocaciones que la virgen recibe son producto del lugar y del
mensaje que Ella nos trae. Así en distintos momentos de la historia Ella se ha
mostrado vestida de diferentes maneras, es por esta razón que se le conoce con
distintos nombres como por ejemplo La Virgen del Carmen, que toma su nombre en
alusión al Monte Carmelo.
Sobre sus
orígenes, en el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías, de la
gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte
Carmelo. Fue entonces que Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo
abandonarían al dios Baal para que El terminara con la sequía que asolaba a la
región. Después de varias veces que Elías subió al monte, apareció una gran señal:
"Cuando
volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la
palma de la mano" (1 Rey 18,44)
A partir de
entonces el Monte Carmelo –ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre
significa jardín- se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a
vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron
llamados carmelitas.
Estos
hombres que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto
comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen
del Monte Carmelo”. Se le conoce como la patrona del mar.