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5 de febrero

 

Marcos 6,53-56

En este pasaje, vemos cómo Jesús y sus discípulos llegan a Genesaret después de haber atravesado el mar. En cuanto la gente reconoce a Jesús, comienzan a llevar a los enfermos en camillas para que al menos tocaran el borde de su manto. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos.

Esta historia nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, muestra la fe de la gente en Jesús. A pesar de no poder acercarse directamente a Él, creían firmemente que si tan solo pudieran tocar el borde de su manto, serían sanados. Su fe y esperanza en Jesús los impulsaron a buscar su sanación.

También nos muestra el poder de la sanación de Jesús. Cuando las personas tocaron el manto de Jesús, experimentaron su poder sanador inmediatamente. Esto demuestra que Jesús es capaz de sanar todas las enfermedades y dolencias, y que su poder es ilimitado. Su gracia y compasión son suficientes para sanar a todos los que confían en Él.

Además, esta historia nos desafía a confiar en Jesús en momentos de necesidad. La gente en Genesaret estaba desesperada por encontrar alivio y curación para sus enfermedades. En lugar de perder la esperanza o buscar soluciones temporales, recurrieron a Jesús y confiaron en que Él tenía el poder de sanarlos. Nos recuerda que, incluso en nuestros momentos de dolor y dificultad, podemos confiar en el poder y la soberanía de Jesús.

Esta historia nos invita a compartir las buenas nuevas de Jesús con los demás. La noticia de las sanaciones se extendió rápidamente por toda la región, y la gente comenzó a traer a sus seres queridos enfermos para que también fueran sanados. Nos reta a proclamar la obra salvadora de Jesús y a llevar esperanza y sanidad a aquellos que están sufriendo. Este pasaje nos recuerda la importancia de confiar en Jesús, buscar su sanación y compartir su mensaje de esperanza con los demás. Nos desafía a creer en su poder sanador y a acercarnos a Él con fe y expectativa.