San Mateo 8, 23-27
San Ireneo,
Padre de la Iglesia, fue obispo de la ciudad francesa de Lyon, una de las
figuras más importantes de los primeros siglos de la Iglesia. Ireneo fue un
autor prolífico y sus obras forjaron los cimientos de la teología cristiana en
el esfuerzo por confrontar los errores y herejías originadas por el gnosticismo
del siglo II.
Ireneo fue
discípulo de San Policarpo, quien a su vez fue discípulo del Apóstol San Juan.
Su escrito
principal lleva el nombre de “Contra las herejías”, texto que compila y
desarrolla en 5 volúmenes las refutaciones a las doctrinas gnósticas aparecidas
en los albores de la era cristiana.
El
gnosticismo es una herejía muy antigua que plantea, en líneas generales, que la
salvación del alma se obtiene a través de cierto “conocimiento” proveniente de
la mezcla de diversas doctrinas, tradiciones y creencias religiosas -en las que
se incluyen algunas verdades cristianas- acerca de los misterios del universo y
de la naturaleza humana; de esta manera el gnosticismo alienta la perfección
del ser humano pero sobre la base de posturas que son en el fondo incompatibles
y contradictorias.
Los
gnósticos caen en el error de “articular” un camino de perfección sin Dios, sin
verdadera conversión, y además, relegando a los que considera no-iniciados; de
manera muy semejante a como el New Age se manifiesta hoy en día.
San Ireneo
nació en Asia Menor en la primera mitad del siglo II. Se desconoce la fecha de
su nacimiento, pero se dice que podría haber sido alrededor del año 125.
Recibió una educación esmerada y alcanzó un gran conocimiento de las Sagradas
Escrituras y la filosofía. Por último, el mismo San Policarpo, obispo de
Esmirna, fue su maestro y formador.
Durante la
persecución de Marco Aurelio, Ireneo se mantuvo como sacerdote en la ciudad de
Lyon. A la muerte de San Potino, quien murió martirizado, lo sucedió a este
como obispo de la misma ciudad.
Durante la
paz religiosa que siguió a la persecución de Marco Aurelio, el nuevo obispo
repartió sus esfuerzos como pastor, misionero e intelectual cristiano.
La tradición
de la Iglesia lo cuenta entre los mártires. Su fiesta se celebra el 28 de
junio.