San Juan 5,17-30
El Evangelio que hoy Jesús está respondiendo a quienes lo
criticaban, porque para los judíos piadosos había violado el sábado, porque
justamente curó a un paralítico ayudándolo a entrar a la piscina. Pero Jesús en
la misma contestación agrega un nuevo motivo de escándalo, porque según ellos
se hacía igual a Dios, porque “lo que hace el Padre lo hace igualmente el
Hijo”. La palabra de Jesús comunica la palabra del Padre y Él nos comunica la
vida.
Jesús tiene poder para revelarnos, para contarnos el amor
que Dios nos tiene y su deseo profundo y eficaz para transmitirnos la Vida
Divina. Podríamos decir que en el texto está claro que el Amor de Dios crea, el
Amor de Dios transforma, genera vida, porque el que cree en Jesús y cree en el
que lo envió posee la Vida Eterna, la vida que no termina.
Podemos decir que el texto del Evangelio también nos invita
y nos da a conocer más el misterio de Jesús, esta unidad que existe entre el
Dios y Jesús, ciertamente no sabemos, pero nos está contando el mismo Señor.
Dios se comunica con nosotros como nosotros nos comunicamos por medio del
lenguaje, la Palabra de Dios es Jesús. Dios se hace hombre, comparte nuestra
vida, se hace semejante en todo a nosotros menos en el pecado lógicamente,
podríamos decir que se hace cercano y accesible.
Es muy consolador escuchar: “les aseguro que el escucha mis
palabras y cree en aquel que me envió tiene Vida Eterna”, creer se manifiesta
en la vida, escuchar las palabras y creer no es algo que uno solo expresa con
los labios sino también lo manifestamos con la vida, también nosotros como
cristianos tenemos que encarnar justamente lo que creemos y como somos
cristianos como Jesús hacernos cercanos a los hombres.
Quisiera decir unas últimas palabras sobre el final de este
texto, donde el mismo Jesús dice: “Mi juicio justo sobre lo que yo busco no es
hacer mi voluntad sino la de aquel que me envió”, también nosotros como
cristianos deberíamos decir esto cada día, por eso pidámosle a Jesús, que verdaderamente cada oración del Padre
Nuestro sea una realidad en nuestra vida y “Hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo” nos ponga en verdad a cada uno en sintonía para que eso una
realidad en nuestra vida. Que Dios nos bendiga.