San Lucas 13,22-30
Esta lectura
nos dice: “…Traten de entrar por la
puerta estrecha. Muchos lo intentarán y no podrán entrar…hay últimos que serán
los primeros…” ¡Qué Buena Noticia nos deja el Señor en este día!
La Vida con
mayúscula, la salvación no se consigue sin comprender, diría Martin Descalzo,
“la vida como riesgo”. Sí, creo que en esto consiste la vida cristiana,
arriesgarse toda la vida por la Salvación, jugarse por entero.
Jesús no es
optimista ni miente en lo que se refiere a la Salvación, la entrada no es
fácil, la puerta es estrecha… muchos quedan afuera. Que Jesús nos manifieste
esta realidad, es una buena noticia porque nos está mostrando los riesgos de no
tomar en serio, el ser sus discípulos, el seguirlo.
Cristo no es
el condenador, sino el libertador, no le gusta que los hombres vivan obsesionados
por si se salvaran o por cuántos se salvarán, pero si quiere que vivan
dedicados a salvarse”
Que bueno
que el Señor me diga hoy, “Esfuérzate por entrar por la puerta estrecha” no
dejes de arriesgarte, de vivir una vida plena, sencilla, humilde, generosa,
comprometida, transformadora.
Él desde el
principio te dice la verdad: la puerta estrecha no es el camino fácil. El
seguimiento del Señor es cruz, cuesta bastante. Jesús invita a no sentirnos tan
seguros de nosotros mismos y a lucharla, Jesús invita al compromiso. Es cierto,
en la casa hay lugar para todos…pero entra el que quiere.
El que se
decide y la lucha. Ese es el testimonio de los santos. Así que la brújula
segura es animarse a la aventura de la fe, es la misión, el don de sí mismo que
conduce a una felicidad auténtica, plena y duradera: Jesús no quita la
libertad, sino que la libera, Jesús no camina por ti , camina contigo, Jesús no
decide en tu nombre, te da fuerzas para animarte a decidir.