San Lucas 13,31-35
En este
evangelio de Lucas vemos a Jesús que lo alientan algunos fariseos para que se
aleje de allí porque Herodes quería matarlo. Había decapitado a Juan el
Bautista.
Como vemos
los profetas eran rechazados, Jesús sabía que en su misión de profeta iba a ser
rechazado, pero no lo asusta la misión. A mí me da mucha alegría leer este
evangelio; donde le dicen que se valla, le anuncian que lo están buscando para
matarlo. Y sin embargo el Señor sigue su camino anunciando, sigue con su misión
con claridad.
Es una buena
enseñanza para nosotros, porque ninguna amenaza detiene a Jesús, él sigue
haciendo el bien. Yo pienso “¿no debe ser así nuestra vida también?”; nosotros
debemos pasar haciendo el bien, debemos anunciar el evangelio porque sana, cura
y une.
Sin duda es exigente, muchas veces nos puede
dar cierto temor, pero no tenemos que dejarnos amedrentar, asustar por las
amenazar si no que tenemos que confiar en el Señor, él siempre pasa, está con
nosotros, nos acompaña.
Pidamos al
Señor, que así como Jesús siguió su camino y les aseguro que después dirán
“Bendito el que viene en nombre del Señor.” Que también nosotros en nuestra
misión de cristianos, que somos otro cristo, no nos dejemos asustar por
criterio, por situaciones que nos pasan desde que nos confirmamos.
Una pregunta que hacemos en la confirmación es
si están dispuestos a sufrir, justamente por recibir el don del espíritu,
desprecio y persecución; el cristiano muchas veces está llamado a sufrir esto,
pero decimos que si con la certeza de que el Señor es nuestro mayor bien y nos
acompaña.
Pidamos
entonces a Jesús que pasemos y anunciemos con alegría el evangelio del amor en
nuestro ambiente.