San Lucas 12, 8-12
Otro
encuentro con Jesús en su Palabra y hoy nos anima al desprendimiento. Este
texto tan breve como intenso nos desafía a una confianza decidida. De ahí las
expresiones reconocer ante los hombres, no avergonzarnos, ni esconder nuestra
condición de discípulos para que sea el mismo Jesús quien ante el Padre dé fe
que no hemos sido amigos de las conveniencias sino más bien de las
convicciones.
Hoy también
celebramos a Santa Teresa nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. A los
18 años ingresó al Carmelo y a los 45 años, buscando responder a las gracias
extraordinarias que recibía del Señor, emprendió una reforma de su propia
Orden, con ansias de auténtica renovación y fidelidad al espíritu original del
Carmelo. Apoyada por San Juan de la Cruz, dio inicio a la gran reforma
carmelitana.
A pesar de
las incomprensiones, el rechazo de muchos, las habladurías y las falsas
acusaciones -algo que la llevaría a comparecer frente a la Inquisición-, Teresa
no se detuvo en el proyecto que el Señor le había encomendado. Siempre con la
orientación y guía de las autoridades eclesiales y su director espiritual,
Teresa fundó nuevos conventos y reorganizó la vida de las religiosas, optando
por una vida más austera, sin vanidades ni lujos.