San Lucas 9, 46-50
El Evangelio nos trae dos enseñanzas sencillas, luminosas,
en el día de hoy. En primer lugar una pregunta de parte de los discípulos,
quién es el más importante; y esto, un poco refleja lo que a veces se da, no
sólo en los discípulos de Jesús, también en el común de las personas, un cierto
anhelo de figuración, una cierta ansia de poder. Cuál es la respuesta de Jesús,
cuál es la propuesta ante esto de quién es el más importante, pues aquel que
sabe hacerse pequeño, aquel que sabe ir al último lugar, desafío grande.
La otra enseñanza, a propósito de que los discípulos habían
visto a algunos que expulsaban demonios, que lo hacían en nombre de Jesús, pero
no estaban con ellos, entonces ellos le dicen a Jesús “hemos tratado de
impedírselo”. Esto me parece que plantea el desafío de saber hacer espacio a
los demás. El Papa Juan Pablo II escribía esa carta importante al comienzo del
nuevo milenio, “Novo Millennio Ineunte”, una suerte de testamento pastoral, al
hablar de espiritualidad que debe animar la acción pastoral, el Papa decía que
hay que estar atento y evitar rivalidades y celos. Se ve que el Papa consideraba
que esto era importante destacarlo porque constituían obstáculos grandes para
la obra de la Evangelización.
Jesús les dice a los discípulos que no se lo impidan, y esto
hace pensar que el nombre de Jesús es realmente grande y nadie lo puede encerrar,
nadie se puede apropiar de el. Por otro lado, invocar el nombre de Jesús es ya
hacer una opción por Él, entonces estos exorcistas que desempeñaban su función
en nombre de Jesús, aunque no eran de los que seguían a Jesús, ya estaban
haciendo una opción por Él. Jesús dice que el que ha optado por Él, no puede
obrar después de una manera contraria a su enseñanza, sino que el que ha optado
por Jesús trata de obrar de acuerdo a Él.
Esto es una invitación para todos nosotros a ser coherentes,
por supuesto, pero también a saber reconocer la bondad de otros, aunque no
estén cerca nuestro, aunque no sean de nuestro grupo, a hacerles espacio y
sumar, porque lo que importa, en definitiva, es que Jesús sea el que se
conozca, que su Nombre sea invocado, que en su Nombre se hagan obras buenas
Finalmente hoy celebramos a los Santos Cosme y Damián. Estos dos santos han sido,
junto con San Lucas, los patronos de los médicos católicos. En oriente los
llaman "los no cobradores", porque ejercían la medicina sin cobrar nada
a los pacientes pobres. Lo único que les pedían era que les permitieran
hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su Evangelio.