Páginas

6 de junio


 San Juan 19, 25 – 27

Hoy celebramos a la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia. Y el evangelista Juan nos pone a los pies de la cruz. El Señor colgado en la cruz, las mujeres que lo acompañan y el mismo evangelista que nos lo cuenta. La escena de las mujeres junto a la cruz rompe con toda esa mentalidad de que la mujer es más débil que el hombre, ya que la fuerza y la capacidad de sufrimiento que poseen las hace capaces de soportar esta situación. Basta acercarse a un sufrimiento, físico o emocional, para confirmarlo. Las mujeres tienen una capacidad mayor para asumir el dolor. Los varones nos apoyamos en esa capacidad para poder enfrentar nuestro propio dolor.

En este contexto esta la muerte del Señor. Él está a punto de ser ofrecido al Padre en la ofrenda de amor. Él sabe que lo hace por su Padre, pero sabe también que hay una mujer ahí que lo sostiene, que lo acompaña. Ella es María, su madre. Ella, mujer del sufrimiento, hace que su hijo no se sienta solo. Acompaña a su hijo con el amor de madre. Madre que no lo deja solo, que no lo abandona.

Así es con nosotros, así Ella no nos abandona. Somos sus hijos en el Hijo. Participamos de su mismo amor ofrecido a Él. Porque desde que fuimos bautizados compartimos la misma maternidad de María para con todos y para con cada uno.

Hoy la Iglesia celebra a María, madre de la Iglesia. Hoy es un día hermoso para sentirte hijo o hija de la Iglesia e hijo o hija de María. Hoy te quisiera preguntar: ¿Sientes que María es tu madre? ¿Te sientes parte de la Iglesia? ¿Sientes que formas parte de la Iglesia que ama Jesús y por quién Él entregó su vida? ¡Qué buen día para sentir el abrazo de la Iglesia católica, de la cual todos somos sus hijos!