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2 de julio

San Mateo 9,14-17.

En el Evangelio de hoy Jesús, frente a los discípulos de Juan comienza a predicarles y a hablarles sobre la llegada de nuevos tiempos que tiene que ver con su misma presencia.

 Un nuevo tiempo que se indica con algunas imágenes, por ejemplo, la presencia del esposo que llega a la fiesta de bodas y por lo cual los amigos no pueden estar tristes. El género nuevo que no puede ser utilizado para remendar un vestido viejo. El vino nuevo que no se puede colocar en odres viejos.

Con la llegada de Jesús, se abre un tiempo novedoso, donde lo viejo ya no puede existir, porque la presencia de Jesús hace nuevas todas las cosas. Y se trata de ésta manera de vivir con su presencia una fiesta verdadera, una fiesta donde todos estamos invitados, nadie queda excluido y donde el amor, la misericordia, el perdón, el bien común, serán los platos principales para que todos podamos compartir.

Te invito a que te sumes a esta nueva fiesta, hace que Jesús sea el centro de tu vida y también de tu corazón. Estoy seguro de que Él traerá nuevos horizontes, nuevas perspectivas, nuevos sueños, nuevos proyectos. Él hará que tu interior se encienda con nuevas luces.

 Si eres capaz de vivir la presencia de Jesús reinando en tu vida compartirás el gozo verdadero con los demás. No cabe duda de que todos somos responsables como cristianos, como hermanos en la Fe de poder hacer presente la alegría, sabiendo que Jesús siempre sale a nuestro encuentro para hacer presente el Reino de Dios en medio de nosotros.