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15 de junio


 San Mateo 6, 1-6. 16-18

El texto que meditamos este miércoles es bastante conocido por nosotros porque es un texto que lo releemos, lo rezamos en tiempo de la cuaresma, hoy Jesús nos invita y nos exige a realizar muchas obras, pero guardándolo en el secreto, poniéndolo en la mirada de Dios, esto supone sin duda un gran acto de Fe, porque el Señor sabe, el Señor ve, y también un gran acto de humildad.

 Creo que, en cada uno de nosotros, quizás hoy la cultura también, queramos mostrar, en nuestro corazón un afán de exhibicionismo, pero Jesús es claro, nos invita a no dejarnos, que no triunfen en nuestro corazón el deseo de ser visto, nos habla de la limosna, de la oración, nos habla del ayudo.

Jesús es claro que la limosna que realizamos o el ayuno en la oración, no son para el aplauso de los demás.

La Limosna no es solamente dar algo de dinero, generalmente lo entendemos así, la limosna puede ser dar de  nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, no es dar lo que nos sobra.

Lo significativo de la limosna de la viuda pobre fue que dio todo lo que tenía para sí misma, creo que este sentido amplio es muy importante porque es parte del Amor, o el cariño hacia el otro

Por último, habla del ayuno, el ayuno debe ser a cara alegre, el ayuno nos hará más libre, el ayuno de tener, el ayuno de comer, de poseer, para preparar el corazón yo diría como para tener solo el deseo de ser de Dios, los cristianos debemos trabajar por esto, porque no somos actores para ser vistos no somos hipócrita sino más bien los que vivimos la interioridad.

Pidámosle al Señor que nos ayude a Vivir esta profundidad de esta vida interior con el Señor, sabiendo que el mayor gozo esta que él nos mira, y que nos podemos ofrecer y hacer y dar al hermano esta como guardado mucho mejor en secreto del Padre que nos ve.