San Juan 21,1-14
Con gran alegría estamos celebrando la Resurrección de
Nuestro Señor Jesucristo y toda esta semana venimos escuchando en la Palabra de
Dios, precisamente en el evangelio, las distintas apariciones de Jesús
resucitado.
Siempre que esta Jesús hay abundancia.
La instrucción de Jesús es tirar la red a cierto lugar,
ellos hacen lo que Él Maestro les dice y por supuesto, al seguir sus
instrucciones, al seguir Su Voluntad, se produce el gran milagro, sacan dice el
texto 153 peces, la red no se rompió, RESISTE.
Y justamente esta abundancia demuestra que la presencia de
Jesús hace crecer el reino.
Nuestra sola presencia no alcanza, nuestras buenas
intenciones suman, pero no lo es todo, necesitan siempre, tenemos esa
necesidad, la presencia del Señor entre nosotros.
Y esa presencia del Señor sobre nosotros está asegurada en
nuestra querida Iglesia, está asegurada ya desde la resurrección, está
asegurada ya desde que Jesús se despide de nosotros cuando asciende a los
cielos: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”.
En nuestra vida también está asegurada esa presencia del
Señor.
Si nosotros no somos fieles, el Señor Sigue siendo fiel. Si
nos desviamos del camino, nos llama una y otra vez para que nos acerquemos, por
lo tanto, aprovechemos esa Gracia, ese regalo que el Señor nos hace
Pensemos que esta resurrección es para que nosotros también
la podamos disfrutar y la podamos aprovechar, podamos resucitar.
Esta resurrección se da todos los días, va a decir el
evangelista Juan, con otras palabras, se da aquí y ahora, uno puede vivir en
esta tierra como resucitado si realmente abraza La Gracia de Dios. Si
verdaderamente abraza la verdadera Fe, si verdaderamente nos dejamos conducir y
convertir por el Espíritu Santo.