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1 de abril

 Escúchanos en Radio Verbita

San Juan 7,1-2.10.25-30

En el evangelio de hoy vemos que ante la hostilidad de algunos que se quedan en la superficialidad y le tienen miedo a la verdad, o no les importa mucho la verdad (esa verdad que te hace libre) Cristo se da a conocer, revela su origen y su más profunda identidad; y que bueno para nosotros en estos tiempos.

Podemos preguntarnos ¿Cómo andamos con nuestra identidad? especialmente nuestra identidad cristiana ante una crisis de identidad que vivimos. Miren lo que nos dice Jesús: yo no vine por mi propia cuenta, pero el que me envío dice la verdad y ustedes no lo conocen, se refiere al Padre, del cual El es el único que lo conoce; como nos dice en San Juan: a Dios nadie lo ha visto jamás, al Padre nadie lo ha visto jamás, el Hijo que compartía la intimidad con el Padre, el nos lo ha dado a conocer: Yo si lo conozco porque vengo de El y es El, el que me envío.

En todo el Evangelio de Juan, el apóstol joven esta relación del Cristo con el Padre es clave y nos hace entrar en esta relación para que allí maduremos con la ayuda del espíritu nuestra identidad de hijos y así contentos andemos por los caminos de la vida, con el gozo profundo de sabernos cristianos, discípulos misioneros de un Dios que es amor, porque Dios es amor; comunión de amor que nos compromete para hacer un mundo mejor donde la palabra tenga el amor que sana y construye la ultima palabra, esa palabra que todo lo renueva.

Caminemos renovados hacia la Pascua en el año de la vida y decididos a hacer una patria de hermanos porque la clave de la historia es que con el egoísmo se destruye y se corrompe todo, pero con el amor todo se construye. Por eso bueno sacar a fuera la verdad de lo que somos, pero para encontrarnos con la verdad que nos hace libres.