San Juan 5,31-47
Este camino cuaresmal que vamos transitando con Jesús nos
conduce hacia la Pascua, la obra mas grande de Amor por nosotros, ya que nos
muestra hasta que extremo nos ama, hasta su Pasión y muerte, muerte de cruz y gloriosa
Resurrección.
En el Evangelio vemos como Jesús pone testigos de ese Amor de Dios por nosotros. Sabemos que testigo, es aquel que ha visto, que puede decir con verdad, que no miente, que es veraz, que han sucedido estos acontecimientos en la realidad, por eso en la vida de Jesús son parte de su historia que es nuestra historia, que no es una fantasía no es una ilusión, no es una enseñanza, no es un cuento, sino que el testigo afirma con veracidad lo que sus ojos vieron, lo que sus manos tocaron, lo que su razón captó y lo que su corazón creyó.
Así Jesús en el Evangelio pone como testigo a Juan el
Bautista que le ha dado testimonio de la Verdad. El Bautista era para el pueblo
no alguien pagado por intereses del poder corrupto de turno, ni era un mediocre
que necesitara el aplauso ni los votos de la gente, era una lámpara, que arde y
resplandece, y el pueblo acudía a el para convertir el corazón. Otro testigo de
Jesús son las obras que Él hacia y hablaban del Amor del Padre, no necesitaba
el reconocimiento de la gente. Que grade que es cuando nuestro obrar es desde
el amor hacia el otro sin esperar reconocimiento, son gratuitas las obras como
las de Jesús.
La Pascua será la obra mas grande de ese Amor gratuito de
Dios por el hombre, entrega su vida libremente en la Cruz para que nosotros
tengamos Vida para siempre. Todas las obras de Jesús son su misma vida, y que
las conocemos, cuanto nos habla Esa Vida sencilla, pobre y austera que había
comenzado en ese abajamiento en Belén.