San Lucas 19, 45-48
El evangelio
de este Viernes, 19 de Noviembre, tomado del evangelista San Lucas, nos
presenta esta descripción que hace Jesús al echar a los vendedores del templo,
porque han convertido… ¡y acá viene la descripción! : “Su casa en casa en una
cueva de ladrones”.
Esa casa que
estaba destinada a la oración. Y si bien el texto se refiere al templo de forma
física, también puede estar haciendo referencia a nuestro interior, nuestra
casa, nuestra alma, nuestro corazón.
Muchas veces
también puede convertirse en una cueva de ladrones si no cuidamos nuestro
propio interior, el corazón, la sede de los sentimientos. Allí donde habla
Dios, la conciencia.
Nuestra casa
también se puede ensuciar si dejamos entrar al mal espíritu , al enemigo a
través de las malas obras, por eso es importante recordar como estamos por
dentro.
Recordemos
que por la acción del Espíritu Santo, nosotros somos TEMPLO del Espíritu Santo,
y por lo tanto estamos llamados a vivir la nueva vida de la Gracia. La gracia
que nos sostiene, que nos invita a tener una vida más plena.
Le pedimos
al Señor entonces, en este día, en este día Viernes, poder realmente revisar
¿Cómo anda nuestra vida? ¿Cómo anda nuestro corazón? y si hace falta una
limpieza interior ¡bueno!, no tengas miedo en recurrir a Jesús.
pídele
perdón, pídele que perdone todos tus pecados a través del sacramento de la
reconciliación, pero antes de ir a confesarte REZA primero
¡HABLA CON
DIOS! preséntale tu corazón, prepara realmente lo que vas a decir y luego, por
supuesto, con la ayuda de la gracia que nos llega a través del sacramento de la
confesión, de la reconciliación, recibí el perdón de Dios, que realmente es
algo que alivia muchísimo y no solo es el perdón de Dios, sino que nos ayuda
también a poder vivir con intensidad, vivir con plenitud la vida que Dios nos
ha regalado.
Que el Señor
nos regale entonces humildad para poder reconocer cómo estamos viviendo y
también coraje, fuerza, para poder transformar este mundo con su Gracia.