San Mateo, 7,1530
San Ireneo, Padre de la Iglesia, fue obispo de la ciudad
francesa de Lyon, una de las figuras más importantes de los primeros siglos de
la Iglesia. Ireneo fue un autor prolífico y sus obras forjaron los cimientos de
la teología cristiana en el esfuerzo por confrontar los errores y herejías
originadas por el gnosticismo del siglo II.
Ireneo fue discípulo de San Policarpo, quien a su vez fue
discípulo del Apóstol San Juan.
Su escrito principal lleva el nombre de “Contra las
herejías”, texto que compila y desarrolla en 5 volúmenes las refutaciones a las
doctrinas gnósticas aparecidas en los albores de la era cristiana.
El gnosticismo es una herejía muy antigua que plantea, en
líneas generales, que la salvación del alma se obtiene a través de cierto
“conocimiento” proveniente de la mezcla de diversas doctrinas, tradiciones y
creencias religiosas -en las que se incluyen algunas verdades cristianas-
acerca de los misterios del universo y de la naturaleza humana; de esta manera
el gnosticismo alienta la perfección del ser humano pero sobre la base de
posturas que son en el fondo incompatibles y contradictorias.
Los gnósticos caen en el error de “articular” un camino de
perfección sin Dios, sin verdadera conversión, y además, relegando a los que
considera no-iniciados; de manera muy semejante a como el New Age se manifiesta
hoy en día.
San Ireneo nació en Asia Menor en la primera mitad del siglo
II. Se desconoce la fecha de su nacimiento, pero se dice que podría haber sido
alrededor del año 125. Recibió una educación esmerada y alcanzó un gran
conocimiento de las Sagradas Escrituras y la filosofía. Por último, el mismo
San Policarpo, obispo de Esmirna, fue su maestro y formador.
Durante la persecución de Marco Aurelio, Ireneo se mantuvo
como sacerdote en la ciudad de Lyon. A la muerte de San Potino, quien murió
martirizado, lo sucedió a este como obispo de la misma ciudad.
Durante la paz religiosa que siguió a la persecución de
Marco Aurelio, el nuevo obispo repartió sus esfuerzos como pastor, misionero e
intelectual cristiano.
La tradición de la Iglesia lo cuenta entre los mártires. Su
fiesta se celebra el 28 de junio.