San Lucas
11,42-46
Lo vemos a
Jesús que les habla a los fariseos y que, con mucha claridad, pero también con
mucha dureza, les señala sus incoherencias. Les habla que cumplen
escrupulosamente las leyes, pero descuidan la justicia y el amor, les habla que
hacen cosas para aparentar, para ser vistos, ser reconocidos por los demás. Les
habla que imponen a los demás un montón de cargas que ellos no son capaces de
cumplir, que no son capaces de vivir.
Este texto
nos puede hacer pensar también a nosotros sobre nuestros propios defectos,
nuestras propias incoherencias. Estas cosas que Jesús señala de los fariseos,
de los doctores de la ley ¿No están presentes también en nuestras actitudes?
¿No están presentes también en nuestra forma de actuar, de obrar, de vivir? Lo
que los fariseos viven ¿No es lo que también nosotros vivimos, lo que nosotros
hacemos? Por eso te propongo que le digas al Señor:
"Señor
perdona mis incoherencias, Señor ayúdame a ver siempre cuáles son mis errores.
Señor ayúdame a servirte de corazón, a buscar siempre tu voluntad, a hacer lo
que tu Padre quieres en vez de aparentar o ser reconocido."
Hoy es
también el Día de la raza, pero en la iglesia celebramos a nuestra Señora del
Pilar. De acuerdo con una antigua tradición, el Apóstol Santiago llegó a España
para predicar el Evangelio y allí la Virgen María se le apareció de pie, encima
de un pilar. Este es el origen de una de las advocaciones más extendidas y
hermosas que hay en la Iglesia: Nuestra Señora del Pilar, cuya Fiesta se
celebra cada 12 de octubre.