San Lucas 11,37-41
Nos
encontramos en torno a la Palabra del Señor. En este día el evangelio nos
relata esta escena bíblica donde Jesús va a cenar a casa de un fariseo. Entra,
se sienta a la mesa y el fariseo se extraña que Él no se haya lavado las manos
para comer. Entonces le recuerda al fariseo “Así son ustedes, purifican la copa
y el plato por fuera pero por dentro están llenos de voracidad y perfidia”.
¿Qué significa esto? Que a nosotros nos puede pasar también, de mostrar una
cosa y por dentro ser otra.
Debemos
pedirle al Señor que nos purifique desde lo profundo del corazón para que
podamos ser reflejo de su Amor, para compartirlo y anunciarlo. También debemos
reconocer que podemos tener estas tentaciones de creernos mejores que otros y
no mostrar quiénes somos de verdad.
Pidámosle al
Señor a través de la fuerza del Espíritu Santo que podamos tener un corazón más
semejante al de Jesús, un corazón de Pastor. Así como Él va a encontrarse con
todos, los pobres, los de las periferias y también los encargados de observar
la Ley. Pidámosle al Señor que podamos
ser mejores cristianos, servidores y anunciadores del Reino.
Hoy
celebramos también a San Juan XXIII, Papa, cuya vida y actividad estuvieron
llenas de una singular humanidad. Se esforzó en manifestar la caridad cristiana
hacia todos y trabajó por la unión fraterna de los pueblos. Solícito por la
eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el
Concilio Ecuménico