San Juan 5,1-3a.5-16.
Hoy el evangelio de San Juan nos narra la curación de un
enfermo en la piscina de Betsaida, aquí vemos el poder de Jesús contra el mal y
que siempre nos quiere ver sanos.
Que bueno descubrir que, cuando el Señor pasa por nuestra vida es
una presencia, es un camino, es una peregrinación santificante, es decir, nos optimiza en
aquello que es lo más profundo para la felicidad de todos nosotros. El nos
ayuda a que la vida tenga sentido, pero
además al mismo tiempo, su paso también nos da la alegría, nos devuelve la
esperanza, nos optimiza en la capacidad de poder resolver todo aquello que nos
hace sentir muchas veces que estamos cuesta abajo, sin sentido de la vida.
Muchas veces también, sentirse tristes, abandonados, sentirse dejados de lado, que importante saber que Dios está con nosotros, que nos hace compartir en todo su suerte, nos lleva por la cruz y nos prueba, pero al mismo tiempo luego nos hace vivir, nos da la resurrección, nos devuelve la esperanza y la alegría.
Tengamos confianza en Jesús como la tuvo esta gente del
evangelio de este día que acabamos de escuchar.