Páginas

28 de marzo


 

San Lucas 15:11-32

La parábola del hijo prodigo es una parábola muy conocida y popular.  Me gustaría reflexionar en ella, pero quizás en unos puntos específicos.  Si pensamos en el hijo y lo que le pide al padre (su herencia) podemos pensar que en realidad el hijo le está diciendo al padre…. Padre tu estas muerto para mí, no quiero vivir contigo, no quiero saber más de ti, me importa más el dinero, dame mi parte y me voy…. Quizás es fuerte pensarlo de esa manera, pero eso es lo que él estaba diciendo en otras palabras.  Al pedir su parte de la herencia, la cual solo se da cuando una persona muere, el hijo estaba diciéndole al padre que ya no importaba para él.

¿Ahora piensa cuantas veces no les has dicho a Dios… ¿Padre estas muerto para mí, dame lo que me pertenece y no te necesito? ¿Cuántas veces les has dicho al Padre, yo puedo solo, yo quiero hacer las cosas a mi manera?

Más adelante vemos en la parábola que el hijo gasto todo el dinero, paso hambre al punto de buscar trabajo cuidando cerdos (el hijo prodigo era Judío y para los Judíos el cerdo es lo más vil o bajo que hay en el mundo, un trabajo de cuidar cerdos es lo más bajo que un Judío puede llegar) y tenía tanta hambre que quería comer la basura que les daban a los cerdos.  Pero reacciono, se dio cuenta que tenía un padre rico, y decide pedir perdón.  Estando lejos el padre lo ve y EL PADRE CORRE HACIA EL y lo perdona. Es importante pensar que el padre lo vio de lejos, lo cual me dice que el padre estaba siempre buscando, siempre esperando, siempre ansioso por su hijo, tanto que corrió hacia el hijo (los reyes en esos tiempos no corrían hacia las personas, eran muy importantes, las personas corrían hacia ellos, pero a este padre no le importo) lo perdono y lo restauro a miembro de la familia (un anillo).

¿Ahora piensa cuantas veces te ha perdonado Dios? Él está esperando, ansioso por verte para correr hacia ti y perdonarte, ponerte el anillo para que seas parte de la familia.  ¿Quieres ser perdonado?

El otro hermano o hijo mayor se molesta por que celebran el regreso de su hermano, pero nunca han celebrado que él ha estado presente sin falta.  Que él siempre ha sido el hijo “ejemplar”.

¿Ahora piensa cuantas veces has juzgado a otros porque son pecadores? ¿Cuántas veces piensas que por que estas en la iglesia, porque estas en grupos de oraciones, en grupos de estudios bíblicos, porque sigues los mandamientos, porque oras, porque rezas, porque vas a misa… que mereces algo de Dios, o piensas que los “otros” son pecadores porque no buscan de Dios como tú? Pídele a Dios que te ilumine para no tener una mentalidad como el hijo mayor.

Lo hermoso de nuestro Dios es que es misericordioso. Él está esperando verte cerca (no te obliga) para correr hacia ti, perdonarte, amarte y hacerte parte de la familia (ponerte el anillo).

Acéptalo y Búscalo…. Déjate Perdonar…. Déjate Amar