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15 de marzo

 

San Mateo 23,1-12

El evangelio de hoy, aparecen en esta parte de las Sagradas escrituras las relaciones que Jesús tenía con los escribas y con los fariseos, este evangelio tiene como 2 partes en un habla de los fariseos y los desenmascara, respecto a su actitud frente al reino y frente a él, y en un segundo lugar, nos habla de la oración, del dominio de nosotros mismos y de la caridad, que son los 3 puntos fundamentales de la cuaresma.

Jesús es el que nos enseña el camino de la autenticidad, el camino de la coherencia, que es lo que nos hace imagen y semejanza de Dios.

Jesús es el nuevo Adán, que se abre a Dios en fidelidad y entrega o también como María, la nueva Eva, que se abre a Dios en Fe y obediencia.

Que importante que nosotros también vivamos esto que Jesús le recrimina a los fariseos, desde la hipocresía y la vanidad y que nosotros seamos coherentes con aquello que nos enseña la palabra de Dios y por lo tanto el camino de la autenticidad es acogiendo y no conquistando, es descendiendo y no escalando, es creyendo y no dudando, es obedeciendo y no revelándonos, es sirviendo y no dominando, es compartiendo y no acaparando, y así pudríamos seguir, es personando y no odiando, es pacificando y no guerreando, es dando la vida y no quitándomela y quitándosela a otros, es decir, la clave de la coherencia en la vida cristiana es amando, es dejándonos amar y viviendo el amor.

El que ama se hace imagen y semejanza de Dios, el que da la vida por amor se convierte en un servidor de Dios y los hermanos, por eso preguntémonos hermanos que estamos hechos más fuertes que la muerte, la muerte que nos lleva al pecado, estamos hechos para la gracia, para vivir de tal manera que podamos realmente como Jesús, descubrir que en la entrega y en el servicio está la verdadera felicidad.