san Lucas 12,49-53
En el Evangelio de hoy escuchamos que Jesús manifiesta su deseo de que su fuego arda en el mundo, de
que su fuego de amor esté encendido en todos. Jesús nos da su fuego, ese fuego
de amor que quema nuestro corazón , una llama de amor viva. Jesús nos da su
pasión, esa pasión de querer llevar el amor a todos lados.
Jesús ha venido a traer fuego y estoy convencido de que en
algún momento de tu historia experimentaste el fuego del amor de Jesús en tu
corazón de ese momento cuando tu
corazón estaba lleno del amor de Dios y que ese amor quería explotar y salir
hacia todos lados?
Seguro son momentos
inolvidables y que quisiera que lo traigas a la memoria, trae de nuevo esa
experiencia en tu corazón. Y seguro que al recordar se dibuja una sonrisa muy
grande en tu rostro y quien dice que por ahí te planta un lagrimón de alegría.
Que bueno que es
Jesús que siempre nos da lo mejor de lo mejor. Que bueno que es Jesús al
transmitirnos su mismo fuego de amor en nosotros.
Su fuego está en nosotros. Su pasión está en ti. Anda y con
el fuego de amor de Jesús incendia los corazones de todos. ¿Cómo lo vamos a
hacer? Dando la mejor sonrisa, dando el mejor servicio. Haciendo las cosas con
muchas ganas y con mucha vida.
Dando el mejor abrazo
a los que se te acercan o a los que quieras . Visitando a alguien. Donando algo
a los más necesitados. Visitando a los enfermos.
Haciendo todo con la
mejor gana. Y miles de gestos y cosas que se te ocurran. ¿Por qué hacerlo?
Porque tenemos en nuestro corazón el fuego del amor de Dios y lo vamos a
compartir con todos.