San Mateo 13, 16-17
Cada 26 de
julio la Iglesia Católica celebra la Fiesta de San Joaquín y Santa Ana, padres
de la Santísima Virgen María y abuelos de Jesús.
Joaquín y
Ana -considerados santos patronos de los abuelos- fueron personas de profunda
fe y confianza en las promesas de Dios. Ambos educaron a su hija Santa María en
la fe del Pueblo de Israel, alimentando en Ella el amor hacia el Creador y
preparándola para su misión. Es a través de ellos como María se suma a esa
porción del pueblo escogido que espera la llegada del Salvador de la humanidad.
El Papa Benedicto XVI, un día como hoy, en 2009,
resaltaba, a través de las figuras de San Joaquín y Santa Ana, la importancia
del rol educativo de los abuelos dentro de la familia. El Papa decía que los
abuelos “son depositarios y con frecuencia testimonio de los valores
fundamentales de la vida”.
En 2013, el
Papa Francisco, con ocasión de esta Fiesta, celebrada en el marco de la Jornada
Mundial de la Juventud Río 2013 (Brasil), destacaba que “los santos Joaquín y
Ana forman parte de esa larga cadena que ha transmitido la fe y el amor de
Dios, en el calor de la familia, hasta María, que acogió en su seno al Hijo de
Dios y lo dio al mundo, nos los ha dado a nosotros. ¡Qué precioso es el valor de
la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!”.